Un activista de Fundaredes estuvo tres años preso, fue presionado a declararse culpable y juzgado por delitos que no le son imputables

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Alexis Bernardo Bustamante Molano es primer teniente (GNB) y fue funcionario de la DGCIM; hasta que se retiró de la Fuerza Armada Bolivariana y se hizo activista de la organización Fundaredes en el estado Zulia; su pesadilla empezó en el Táchira hace casi tres años, el 17 de mayo 2019, cuando conversaba con el capitán Useche; un oficial del Ejército adscrito a la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM), quien ordena su detención sin previa orden de juez alguno. Durante 13 días estuvo en desaparición forzosa, secuestrado por los funcionarios que le negaron comunicarse con familia ni abogado privado.

Dos días después de su detención, Bustamante Molano lo trasladaron desde San Cristóbal hasta la sede principal de la DGCIM en Boleíta, Caracas. Cuando logro hablar con su familia, contó que lo golpearon y vejado de diversas maneras. A los nueve días, el 26 de mayo, de haber sido detenido lo presentan, con un defensor público, ante el Tribunal Militar Tercero de Control, Mickel Enrique Amezquita Pión, con evidentes signos de la tortura recibida. Como ocurre en la mayoría de los casos; cambiaron el día de detención para que se ajustara a los lapsos de Ley y el médico forense que lo chequeó no plasmó en el informe los signos de tortura.

Ante un descuido de sus custodios, el primer teniente intentó huir del Tribunal, pero fue recapturado unos metros más adelante y trasladado nuevamente a la DGCIM, donde como castigo por su intento de fuga fue “golpeado en diferentes partes del cuerpo y obligado a permanecer semidesnudo en una habitación fría, de pie, sin alimentos, sin dormir, sin agua por dos días, repetidos golpes en la planta de los pies cuando decaía o procuraba sentarse”, narró poco después cuando fue trasladado, el 29 de mayo 2019, al Centro de Procesados Militares de Ramo Verde: ese día, por primera vez, le permitieron llamar a un familiar.

Fuente: Infobae