Los enfrentamientos entre grupos rebeldes rivales han matado a más de 20 personas, entre ellas civiles.
Los combates entre grupos rebeldes rivales en la región fronteriza entre Colombia y Venezuela dejaron al menos 23 muertos, según informaron las autoridades el lunes.
Se cree que los enfrentamientos se produjeron entre militantes del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y remanentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que se negaron a deponer las armas en el acuerdo de paz de 2016.
El presidente de Colombia, Iván Duque, dijo que «probablemente» entre los fallecidos había civiles que habían quedado atrapados en los combates.
Duque culpa a Venezuela
«He movilizado dos batallones para apoyar la tarea de controlar las regiones en las próximas 72 horas», dijo Duque.
La violencia se registró en las zonas de Tame, Fortul, Saravena y Arauquita.
«Estos grupos [el ELN y las FARC] han estado operando a gusto en territorio venezolano con la anuencia y la protección del régimen dictatorial», agregó el presidente.
Colombia acusa con frecuencia a su vecino de albergar fuerzas rebeldes. Los dos países terminaron sus relaciones diplomáticas poco después de que Duque llegara a la presidencia.
Un funcionario colombiano dijo que una docena de familias tuvieron que huir de los enfrentamientos, mientras que las autoridades locales informaron que otras quedaron atrapadas en el fuego cruzado.
José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch, calificó de «muy grave» la situación en la frontera.
La violencia en el país ha aumentado a pesar del acuerdo firmado entre el ex presidente colombiano Juan Manuel Santos y las FARC, por el que 13.000 rebeldes dejaron las armas.
Se cree que quedan unos 5.000 guerrilleros de las FARC y 2.500 miembros activos del ELN.
Varios grupos, entre ellos paramilitares y bandas de narcotraficantes, se disputan también las ganancias del narcotráfico y la minería ilegal.
Fuente: DW