El petróleo en Venezuela

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El título de estas líneas lo tomamos del libro que se presentó el sábado pasado, 19 de noviembre, a las once de la mañana en los acogedores espacios de la Librería Lugar Común y que con el añadido de “Una historia global” fue escrita por nuestro querido amigo y tocayo, Rafael Arráiz Lucca. Los presentadores o padrinos de la estupenda publicación, también apreciados amigos de muchos años, Luis Xavier Grisanti y José Toro Hardy, dos personas inteligentes, trabajadoras, vinculadas a la industria por muchísimos años de sus productivas vidas.

Tomó la palabra en primer lugar Luis Xavier, el gran promotor de su patria chica: el eje Cumaná-Carúpano-Río Caribe, sitio donde se asentaron los primeros familiares corsos, tanto del expositor como del autor de la obra. Y después de ubicar ambas familias, se dedicó a resaltar las cinco partes del trabajo de Arráiz que tuvieron la mayor influencia en los avatares de Venezuela. Para ello tomó los lapsos históricos que separaron eventos notables de nuestra vida petrolera, industrial y económica. Influencia en la política, y en la sociedad toda. Además, nos hizo un prolijo elenco de hombres valiosos en el concierto petrolero nacional.

A continuación, el segundo padrino, José Toro Hardy, después de aplaudir la intervención de Luis Xavier, hizo alarde de sus profundos conocimientos, muy bien aliñados por sus actuaciones como Director de PDVSA por varios años, y nos fue ubicando en la importancia que tuvo o ha tenido Venezuela, …un pequeño país suramericano…, como productor confiable de petróleo, en todos y cada uno de los conflictos bélicos de la tierra. Y en cada uno de ellos, resaltó que la importancia había sido de la mayor calidad y resultados y que desafortunadamente, nuestros ciudadanos “no nos habíamos dado cuenta”…
No podemos aportar nuestra opinión pues todavía nos falta leer unas tres cuartas partes de la obra (escribimos el mismo día sábado), pero Toro y Grisanti, junto con los aplausos de la muy numerosa y conocedora asistencia, nos trasmitieron el convencimiento de la calidad e importancia de la obra.

Apenas, después de recorrer el acucioso y detallado índice, nos atrevemos a comparar esta historia con otra obra del tocayo de la que escribimos algunas letras hace unos años. Cuando leímos “Venezuela, 1830 hasta nuestros días”, nos atrevimos a proponer que dicha obra se utilizara como libro de texto para hacer conocer a nuestros jóvenes la historia apegada a la realidad y descrita con precisión y claridad para que fuera asimilada por personas interesadas pero sin especialización.

En este caso, estamos seguros que el profundo y preciso trabajo del tocayo, que le tomó cinco años de investigación, cotejo y redacción, será de la mayor importancia tanto para especialistas como para estudiantes de bachillerato que quieran saber la verdad más cierta, de nuestra historia petrolera.

Después de escuchar a los padrinos, Caque, como abusamos al llamarlo  sus amigos, agradeció con palabras muy cortas pero cargadas de emoción, el acompañamiento de sus amigos, sus alumnos, su querida Guadalupe, hijos y nietas. Y nosotros agradecemos su trabajo y su profesionalismo, aptitudes que cada día admiramos más y cada día nos cuesta más trabajo identificar.

El petróleo ha sido, por más de un siglo, el motor fundamental de nuestro país, hoy se encuentra en serios problemas (no el petróleo, nosotros); nuestra otrora poderosa industria está destrozada, presumiblemente, a propósito, y muy pronto se va a requerir todo el talento disponible para lograr que la importancia del hidrocarburo en la vida nacional recupere él sitial que nunca debió abandonar. Nos felicitamos por tener a Rafael, a Luis Xavier y a Pepe y sabemos que contaremos con los talentos y los esfuerzos necesarios para la urgente e importante tarea de reordenar nuestra industria.

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