¿De dónde viene el calendario de Adviento?

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“Mamá, papá, ¿es ya Navidad?”. La espera no es fácil… En respuesta a esta pregunta y para ayudar a los hijos a ser pacientes y a preparar su corazón para la venida de Jesús, las familias cristianas alemanas rivalizaron en imaginación a partir de finales del siglo XIX: en ciertos hogares, se practicaban 24 muescas en una vela y dejaban que la vela consumiera una muesca por día, o bien pedían a los niños que depositaran cada día en la cuna vacía del portal una brizna de paja… y el día de Navidad, depositaban al niño Jesús. En otras casas se trazaban con tiza 24 líneas sobre el marco de una puerta y, cada día, los niños borraban una.

Los padres tuvieron la idea de mostrar en su casa, o distribuir entre los niños, una imagen piadosa por día hasta la Navidad. Pero es a un hombre llamado Georg Lang (1881-1974), hijo de un pastor protestante, a quien se le atribuye la invención del primer calendario de cartón, el Adventskalender.

Cuando era niño, su madre tuvo la maravillosa idea de sujetar a un cartón rígido 24 galletitas en forma de cacahuete, llamadas Wibele, que se disfrutaban día a día durante el Adviento hasta la Navidad.

Ya de adulto, su hijo, inspirado por esta costumbre, recreó la idea en una imprenta que dirigía usando dos láminas de cartón rígidas. Una de ellas constaba de 24 ventanas, y la otra de 24 imágenes que se correspondían con las ventanas.

Así nacía el calendario de Adviento moderno. A principios del siglo XX, el calendario impreso empieza a extenderse poco a poco por toda Alemania y luego a Europa.

Un siglo más tarde, continúa atrayendo a niños y adultos, en formas cada vez más variadas e inesperadas, más o menos espirituales o comerciales.

La palabra Adviento viene del latín adventus, que significa ‘llegada, advenimiento’. El periodo de Adviento comienza el cuarto domingo anterior a Navidad. El inicio del Adviento marca también la entrada en un nuevo año litúrgico.

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