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Cada día que pasa parece ser un martirio para los ciudadanos venezolanos, a quienes su salario (percibido en Bolívares) se les va como sal en agua, debido a la hiperinflación que enfrenta el país, y es que años atrás quedó el lema al que recurría el ex presidente Chávez, “El Bolívar Fuerte”.

Esa fuerza de la moneda nacional, manejada por un Banco Central con una autonomía cuestionada, ha ido en declive contante, con un índice inflacionario, que según economistas, podría llegar hasta a más de 700% a principios de 2017, lo que ha generado alarma en los ciudadanos, quienes en la actualidad no tienen capacidad  de ahorro o inversión.

El mejor ejemplo son quienes habitan en Zimbabwue, en ese país del continente africano, la trágica hiperinflación generó que los ciudadanos corrieran a conseguir los dólares que pudieran, como medida de respaldo en una moneda fuerte, cuya responsabilidad depende del Estado.

Recordemos que la moneda es la principal forma de propiedad privada de los ciudadanos y, sin embargo, es manejada por muchos bancos centrales como si fuera propiedad del Estado, con los resultados desfavorables que son evidentes para una población “devaluada”.

Pero para nadie es un secreto que la  mayoría de la población mundial quiere una moneda fuerte, sin inflación. Adicionalmente, hay quienes no tienen problemas en admitir que prefieren dólares para tener la garantía de que ningún gobierno de turno tendrá el poder de destruir el valor de su dinero. Por lo que surge la siguiente interrogante ¿qué ciudadano  venezolano no quiere que se le pague en una moneda que no se devalúe?

Dolarización y consulta popular

Para el economista José Luis Cordeiro, la situación en Venezuela ya es tan alarmante que la dolarización permitiría restituir inmediatamente el valor a la moneda venezolana y recuperar la senda del crecimiento económico que se perdió al iniciarse el período devaluacionista en 1983.

A juicio de Cordeiro, a los políticos les encanta “manejar” el dinero ajeno y a los economistas les gusta “manipular” las reservas internacionales por lo que señala que sustituir la moneda nacional por la estadounidense para todas las transacciones que se hacen en el país es una manera de democratizar el dinero, de quitárselo al Estado y darlo a los ciudadanos, y en Venezuela el proceso puede tomarse apenas dos semanas, asegura el economista.

“Se necesitan máximo 5 millardos de dólares para dolarizar al país. Aquí hay dólares bien habidos de los venezolanos y las compañías también tienen dinero”, aseguró en Abril de 2015.

¡Muchos políticos, economistas y hasta astrólogos quedarían desempleados con la dolarización! Venezuela no necesita más bolívares devaluados, ni una Casa de la Moneda para imprimir dinero inorgánico sin respaldo, ni nuevas monedas supuestamente “fuertes” que no valen ni un viejo “medio”, señala el economista en su columna publicada por Cedice.

Por último, Cordeiro plantea que la dolarización debe pasar primero por una consulta popular para su posterior aplicación.

“Hay que tener urgentemente una consulta popular para la dolarización y que el soberano decida. ¿Quién quiere dólares? ¡Hasta Simón Bolívar para que no lo sigan devaluando más y lo dejen descansar en paz!”, sentenció.

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