Adviento, tiempo de esperanza y preparación para la felicidad que no termina

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CÓRDOBA, 27 Nov. 16 / 12:25 pm (ACI).-
El Obispo de Córdoba en España, Mons. Demetrio Fernández, dedicó su carta semanal a reflexionar sobre el Adviento que comienza este domingo 27 de noviembre y explicó que en este día comienza este tiempo de preparación para la “felicidad que no termina”.

En la carta titulada “Estad en vela, estad preparados”, el Prelado afirmó que “el Adviento es el tiempo de la espera del Señor, que viene. El cristiano no afronta la muerte como si fuera un muro impenetrable. No. El cristiano sabe que después de la vida presente nos esperan los brazos amorosos de Dios, nos espera la vida eterna en la felicidad de Dios con María y con todos los santos”.

“El cristiano se alegra y sufre como todos los mortales, pero mantiene siempre la certeza de una vida que no acaba, de una felicidad que no termina, y eso le llena de esperanza, incluso en los momentos más duros de su vida”.

El tiempo de Adviento, resaltó Mons. Fernández, “tiene este sentido de prepararnos al encuentro del Señor cuando venga a buscarnos. Que cuando llegue nos encuentre preparados y dispuestos”.

El Obispo de Córdoba también escribió que “la vida cristiana no es una repetición monótona de lo mismo, el Año litúrgico tampoco. El Año litúrgico es la celebración de los misterios de la vida de Cristo que por medio de la liturgia se nos hace contemporáneo, cercano. No es por tanto una repetición monótona, es una celebración en espiral ascendente y creciente”.

“Volvemos a celebrar el nacimiento, la vida pública, la pasión, la muerte y la resurrección del Señor que culmina en el envío del Espíritu Santo. No es lo mismo del año pasado, es siempre algo nuevo, como lo es el encuentro con una persona, aunque uno conviva con ella todos los días”.

En el Adviento, dijo el Prelado, también uno se prepara para “la venida de Jesús en la Navidad. Qué bonita es la Navidad y tanto o más su preparación. Como una madre espera con paz serena el nacimiento de su hijo, así la Iglesia entera se pone en estado de buena esperanza”.

“La esperanza es el color del Adviento. Viene Jesús a salvarnos, es el Salvador. Y su venida nos trae alegría y paz. Nos trae solidaridad con los hermanos, especialmente con los que sufren. En Navidad, Jesús es el centro y sin él no tendríamos Navidad”.

Para celebrar esta fiesta, enfatizó, es necesario preparar el corazón para el Niño Jesús que viene: “que se sienta a gusto cuando venga. Para ello, limpia tu casa, ordena tu vida, déjale entrar. Te trae alegrías que nunca olvidarás”.

Tras recordar que en el Adviento también se celebra a María, la Madre de Dios, el Obispo subraya finalmente que este tiempo está “lleno de esperanzas y cumplimiento de promesas. Nos ponemos en camino con las lámparas encendidas, con la fe ardiente y la caridad solícita”.

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