Los matapolicías contraatacan sin piedad

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Procedimiento de la Policía Regional en donde se logró la detención de un sujeto de nombre Danilo Moises Palmar Palmar (24) quien en compañía de varios sujetos traía a Maracaibo dos vehículos robados desde la subregión guajira. El hecho se produjo a las 08:00 am. cuando un funcionario que se dirigía desde El Moján, a cumplir servicio en Maracaibo, detectó la presencias de estos sujetos quienes iban armados. El funcionario notificó al 171 y de inmediato se creó un cerco logrando la detención del delincuente antes identificado.

La Verdad

Paola Hernández / Maracaibo / noticias@laverdad.com

Venezuela se convirtió en un territorio peligroso para los policías. El hampa los tiene en la mira, los busca y los caza para quitarles el arma de reglamento y vengarse de ellos.

Seis estados se transformaron en zonas rojas para los uniformados, Zulia ocupa el quinto lugar con 26 asesinatos en 11 meses. Le sigue Miranda con 66 homicidios, el Área Metropolitana de Caracas con 63, Aragua con 62 y Bolívar con 33, según las estadísticas de la Fundación para el Debido Proceso (Fundepro).

El móvil que predomina es la resistencia al robo, especialmente de armas de fuego y sus vehículos. La venganza sigue en la lista de motivos. Según la ONG, a los oficiales los sorprenden, generalmente, cuando cumplen su deber o están compartiendo en familia.

Donagee Sandoval, directora de la Fundepro, explicó que los criminales acechan a los funcionarios cuando cumplen su función o los vigilan como una presa en sus barriadas o lugares públicos. Cuando van por el arma de reglamento el disparo en la cabeza predomina. “Se ha incrementado el disparo certero para asesinarlo de inmediato y huir con el arma”.

Existen casos donde actúan más de dos ladrones y puede haber un forcejeo previo. Cuando el móvil es la venganza, la acción es rápida. Los esperan, los vigilan y actúan. La víctimas reciben al menos entre 10 y 12 tiros en la mayoría de los casos, agregó Sandoval.

“Hay que destacar que no solo fueron atacados de forma individual, se observaron continuos ataques a las sedes policiales y el uso indiscriminado de granadas en el país, esta situación socava la confianza en las autoridades e introduce incertidumbre y temor en la población. Los homicidios se incrementan por el aumento de delincuencia y bandas”.

Crecimiento

En Zulia, los uniformados no escapan de la realidad de violencia nacional. Hasta la primera semana de noviembre se reportaron 26 casos, de los cuales 24 están policialmente resueltos. La Policía científica identificó a 24 presuntos homicidas y los cuerpos de seguridad ultimaron a 17 sospechosos en enfrentamientos.

En una balacera, con los funcionarios, ultimaron a Elvis Alfonso Villamizar Fernández (30), alias el “Flash”, lugarteniente de la banda de “Chichito Mata Caballo”. Estaba solicitado por el homicidio de Jonathan José Cardozo López (27), oficial del CPBEZ. Por el mismo caso investigan a Jhon Kenedi Hernández Montilla y su hermano, Yoandry Keny Hernández Montilla. Pertenecen a una banda de ladrones de carros, detalló un oficial.

En un enfrentamiento, que duró hora y media, en el sector El Danto, del municipio Lagunillas, Jhon Jairo Quintero (26) y Ángel Manuel Acosta Barrios (20), junto a tres compinches, mataron al oficial Johan Antonio Mendoza Vargas (36). Sus compañeros liquidaron a los integrantes de la banda de “Chiche Pacheco”, tras 12 horas de plomazón.

A la banda Los Bachaqueros, integrada por el “Ronald”, el “Antony”, el “Lino”, el “Zapato” y el “Gusano”, la buscan por el asesinato de Isaac Júnior Hoyer Pedraza (32), conocido como “Caco”, oficial de la Policía regional.

De la misma forma los detectives están tras la pista de Wadner Aron Ferrer Romero, funcionario de la Policía regional, por asesinar a su esposa, Iselis Ylián Iguarán Maestre, oficial adscrita a la Policía Nacional Bolivariana.

Al detective Yonger Padilla lo investigan por estar involucrado en la muerte de Jesús Ángel Montiel Flores, funcionario de la Policía regional.

Los tribunales privaron de libertad a los siete oficiales de la PNB por asesinar a Yeisi Carolina Peña Mamber (43), supervisora jefe de Polimaracaibo.

La directora de Fundepro espera que, tanto los cuerpos de seguridad como sus funcionarios, tomen las previsiones necesarias. En Zulia, se contabilizan menos casos que en 2015. De no reportarse otro asesinato o ataque cerraría un descenso, a diferencia de otras regiones.

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Estatus nacional

El Observatorio Venezolano de Violencia contabilizó 28 mil muertes durante el 2015, de ellas 344 eran oficiales activos, seis más en comparación al 2014 que culminó con 338 policías asesinados. Los cuerpos policiales más afectados son la Policía Nacional Bolivariana, Guardia Nacional y la Policía científica. En lo que va de 2016, la cifra superó la del año pasado con 350 muertes en todo el país.

Casos destacados

24/07 Carlos Eduardo Rodríguez Castillo (24), oficial de la Brigada Motorizada de Polisur, lo mataron de un disparo de escopeta en el pecho cuando trabajaba en su van, como chofer de tráfico, en la ruta de La Limpia. Buscaba dinero para costear los gastos médicos de su esposa embarazada. Ocho horas tardaron sus compañeros en encontrar a uno de los sospechosos en la avenida 28 de La Limpia.

18/09 A Yeisi Carolina Peña Mamber (43), supervisora jefe de Polimaracaibo, la asesinaron siete policías nacionales durante un mal procedimiento. A los siete efectivos se les imputa por el delito de violación de domicilio por parte de funcionarios públicos. El Tribunal 5.° de Control fijó como sitio de reclusión la sede de la Policía Nacional, en el municipio San Francisco. Por el crimen solicitaron la intervención del organismo.

03/11 A Eduardo José Soto Villadiego, de 24 años, funcionario de la Policía científica, le dispararon 13 veces cuando conversaba con tres vecinos en su residencia de la calle 108 del barrio Bello Monte, parroquia Manuel Dagnino, de Maracaibo. Tenía cuatro años en el organismo.

Ronny José Maldonado Marín (35). Brigada Motorizada de Polimaracaibo. Lo asesinaron, el 28 de octubre, mientras cenaba en su casa, en el barrio Los Andes. A su asesino lo vinculan con el homicidio del detective Eduardo Soto.

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