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Evocar la asonada golpista, en términos parciales, porque no se consumó en su totalidad como estaba prevista, es enfocarla desde un punto de vista de alzamiento mixto integrado un grupo de civiles y militares que, el 27 de noviembre de 1992, hace exactamente 24 años, se aventuraron en ese fallido objetivo.
Ese intento de escaramuza significado como golpe de Estado, fue el segundo de ese año, tras un primero acontecido el 4 de febrero, el que a diferencia de la insurrección anterior, fue llevado a efecto con la participación de altos oficiales de las cuatro instituciones castrenses, así como de civiles afiliados a organizaciones y conjuntos oponentes al gobierno de Carlos Andrés Pérez.
En las reseñas informativas levantadas para esa ocasión se recuerda que los responsables de esa perturbación, en contraste con la anterior, la formaban militares de alta graduación, figurando de entre otros muchos, los contralmirantes Hernán Grüber Odremán y Luis Enrique Cabrera Aguirre, así como el general Francisco Visconti Osorio, el coronel Higinio Castro y el mayor Carlos Salima Colina, éstos últimos figuraron en la planificación del golpe, pero no en su ejecución formal.
Fracasó la intentona
Abortada la conspiración, un grupo de unos 93 golpistas invocan asilo en la Embajada de Perú, acreditada en el país, mientras reseñas oficiales informan sobre 171 muertos -142 civiles y 29 militares, así como 95 heridos, un mil 340 detenciones entre oficiales y suboficiales, como también 800 soldados rasos y 40 civiles.
En esos reportes, emitidos oficialmente, se advierte que los golpistas jamás se hicieron responsables de esos fallecimientos, además de otras incidencias.
Fue un ataque artero y salvaje que abarcó otras instalaciones situadas en el centro de la capital de la República, así como el aeropuerto La Carlota, la televisora VTV, las sedes de la DISIP en El Helicoide y Los Chaguaramos y de la Policía del municipio Sucre en La Urbina.
Muchos de los golpistas fueron luego integrado en el gobierno de Hugo Chávez, como el propio Grüber Odremán, Luis Cabrera Aguirre, Luis Reyes Reyes, Wilmar Castro Soteldo, Arné Chacón, Jesse Chacón, Eliécer Otaiza, William Fariñas, y entre los civiles participantes Freddy Bernal, Manuel Quijada, José Antonio Cova y Douglas Bravo, y el “gordito de la franela rosada” entre otros. A 24 años después, muchos de esos individuos trabajan y viven el gobierno ejerciendo altas funciones, con camionetas, escoltas y gastos de representación.
Pero, además, ahora ven a distancia los cientos de miles de miserables y sin futuro que el gobierno “revolucionario” fabrica diariamente. Y tienen la osadía de llamar “golpistas” a quienes abiertamente piden el Referendo Revocatorio, para medir, a través de ese ejercicio, la firmeza voluntariosa del pueblo venezolano, manifiestamente interesado en deslastrarse de la actual pesadilla gubernativa, cívico-militar.
Foto cortesía: Archivo
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