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A propósito de las declaraciones de Nicolás Maduro en las cuales manifiesta que “están atacando la moneda por orden de Washington desde Miami, con el tal Dólar Today”, debo comenzar diciéndole que aquí quienes atacaron, pulverizaron y destruyeron al bolívar -tanto al viejo como al fuerte- fueron Chávez, Maduro y su modelo fracasado de controles en la economía y restricciones a la libertad y a la propiedad privada.
Esta debacle cambiaria que coincidió con el llamado “Black Friday”, pero que a diferencia del imperio que significa una oferta, para los venezolanos fue un nuevo viernes negro de tragedia, en el cual nuestra moneda nacional sufrió otro traspié, ante un dólar que ya ronda los tres mil bolívares.
La causa de la destrucción del bolívar, de la pérdida del poder adquisitivo de nuestro pueblo, no es de Dólar Today, esto es simplemente la consecuencia del control de cambio implementado hace más de 13 años, y donde no ha mejorado en nada la situación, pese a los decretos de Emergencia Económica y unas supuestas batallas perdidas ante una “guerra económica” que ha creado el mismo gobierno para desestabilizar y poder manejar el control total y acceso a la moneda extranjera.
Una vez más le digo al gobierno, a través de esta humilde tribuna semanal, que revisen en otros países -e incluso en gobiernos pasados- y se percaten que en donde no existe control de cambio no puede existir un Dólar Today.
Lamentablemente, en medio de un Estado “todopoderoso” y sobre todo entrometido en lo que a la actividad productiva se refiere, no se puede tener otra cosa que una sociedad castrada y arruinada, producto de una economía débil.
Hoy en día, se puede resumir la situación económica de Venezuela de la siguiente manera: Inflación más alta del mundo, un dólar aumentando a paso de vencedores, la comida a precios inaccesibles, billetes desaparecidos, colas infinitas en los bancos y cajeros para poder sacar una migaja que no alcanza para prácticamente nada, comida por las nubes y sueldos en el piso; donde hoy la mayoría de los trabajadores tienen un salario mensual menor a los 10 dólares, con lo que se ratifica el aumento de la pobreza crítica que está viviendo el pueblo, producto de seguir con una política de importación que hace inalcanzable el acceso a productos de la cesta básica, y que de manera inmediata, hace que todos los bienes y servicios suban en un abrir y cerrar de ojos, para ajustarse al nuevo precio del dólar, del resto aquellos alimentos y medicinas que no pueden ajustar sus precios por estar regulados, terminan siendo insuficientes o simplemente desapareciendo del mercado
Aspiro y espero que nuestro pueblo haya aprendido la lección, y esté claro que las restricciones en la economía -llámese control de cambio y de precios- no funcionan, sino que generan totalmente lo contrario que dicen buscar.
Es doloroso ver a miles de venezolanos emigrando a otros países a hacer lo que sea, con la esperanza de poder mandarles algo de dinero a sus familiares que se quedan aquí para que puedan comprar algo de comida.
Hago un llamado a la reflexión tanto al gobierno, como a ese pequeño grupo de oposición “dialogante”, para que vean más allá de sus narices, que salgan de esa burbuja en la que se encuentran envueltos, ya que los tiempos sociales están sobrepasando los tiempos políticos peligrosamente. No se les puede pedir paciencia a millones de venezolanos que están pasando hambre, mucho menos se les puede pedir más tiempo, con un supuesto diálogo que a todas luces es un respiro para el gobierno poder seguir haciendo de las suyas, donde lamentablemente no se va a llegar a nada, mientras personas mueren por inanición.
Diputado Omar Ávila
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