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En la Venezuela chavista, el principal aliado de la dictadura de los Castro en sus peores tiempos, la noticia de la muerte de Fidel cayó como una bomba. El presidente Nicolás Maduro reaccionó en su red de Twitter y envió sus condolencias: «Quiero transmitir toda la solidaridad y dolor de los chavistas venezolanos al pueblo cubano». Maduro llamó además por teléfono a Raúl Castro.
Pero lo cierto es que el inquilino de Miraflores no se dio excesiva prisa en ocuparse del asunto. La información de la desaparición del histórico revolucionario le llegó a Maduro justo cuando celebraba su cumpleaños bailando salsa en un festival que ha montado con bandas caribeñas invitadas a Caracas. No sería hasta horas después cuando publicó su tuit de pésame y descolgó un teléfono para llamar a La Habana. Fue entonces cuando expresó «el dolor que sentimos todos los revolucionarios por la partida de Fidel» y proclamó que «a tod@s l@s Revolucionari@s del Mundo nos toca seguir con su Legado y su Bandera de Independencia, de Socialismo, de Patria Humana».
Entre los chavistas, la figura de Fidel Castro es un auténtico referente, un espejo en el que mirarse en la lucha contra el imperialismo yanqui, bestia negra desde su óptica que se ha convertido en el pretexto con el que ambos regímenes justifican las restricciones de las libertades públicas. Hugo Chávez gustaba de aparecer en público con Fidel y se jactaba de las largas horas de conversaciones que mantuvo con el que era uno de sus ídolos. Su sucesor, Maduro, recibió en su juventud entrenamiento político en la escuela de formación de cuadros de La Habana.
Aliado preferente
Para el régimen cubano, Venezuela ha sido el aliado preferente en los últimos años. Fue el crudo venezolano exportado en condiciones muy ventajosas a la isla desde el triunfo de la revolución bolivariana el que le permitió superar la tremenda crisis que siguió al colapso de la Unión Soviética tras los duros tiempos del Periodo Especial. Aunque desde la muerte de Chávez Venezuela no está para tanto dispendio con el otro estado socialista del Caribe, la alianza permanece.
Pero si para el Chavismo Fidel era un mito adorado, para la oposición encarna el modelo fracasado al que Chávez y Maduro abocaron a Venezuela. El alcalde opositor del caraqueño municipio Chacao, Ramón Muchacho, afirmó que «por muchos años más se sentirán las criminales consecuencias del legado de Castro». En este momento «nuestros pensamientos están con sus víctimas. Con millones de cubanos que han sufrido hambre, persecución y represión. Con los presos y perseguidos políticos. Con los más de dos millones de exiliados (el 20% de los cubanos está en el exilio)», recordó Muchacho.
El alcalde denunció que Castro pasó seis décadas con la «obsesión de dominar a Venezuela» y recordó la frase pronunciada en 1959 por el entonces presidente venezolano, Rómulo Betancourt: «Dígale a Fidel Castro que cuando Venezuela necesitó libertadores no los importó, los parió».
Mientras, Maduro declaró nueve días de luto oficial, pero no aclaró si suspenderá el espectáculo de salsa que lo tiene entusiasmado. «Suena Caracas», se llama. La oposición lo ve como un ofensivo despilfarro.
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