San Hormisdas

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Historia de la Iglesia
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Papas y Antipapas

Decreto del papa. De acuerdo con las normas de los snodos romanos del 499 y 502, Hormisdas, probablemente recomendado por Simmaco, fue elegido por el clero por unanimidad. Era un hombre de paz que saba aprovechar las coyunturas favorables. El emperador Anastasio, que vea crecer la resistencia de los calcedonianos, repiti la invitacin para que el papa presidiera un concilio en Heracleion, a fin de restablecer la unidad. Hormisdas consult con Teodorico, para tener la seguridad del respaldo de las autoridades italianas, y provey cuidadosamente de instrucciones a las legaciones que envi los aos 514 y 517; no haba en ellas el menor resquicio que permitiera ceder en dos puntos: el del primado romano y la profesin de fe en las dos naturalezas unidas en una persona. En consecuencia, los legados presentaron como inexcusables: la aceptacin del Tomus Leonis, como fuera proclamado en Calcedonia; la sentencia de excomunin pronunciada contra Acacio; y el derecho de apelacin a Roma de todos los obispos depuestos durante la querella. Anastasio, probablemente, no poda aceptarlas, pero su muerte, el 518, abri paso a una solucin.

Justino (518-527), el nuevo emperador, que pronto asoci al trono a su sobrino Justiniano, abrigaba grandiosos proyectos de reconquista del Mediterrneo; era calcedoniano convencido (a pesar de lo cual los monofisitas conservaran mucha influencia a travs de Teodora –527-548–, la esposa de Justiniano –527-565–) y saba muy bien que la unin de las Iglesias era indispensable para el triunfo de sus proyectos. Tras haber proclamado en Constantinopla el Smbolo de Fe calcedoniano, en medio de grandes aclamaciones populares, Justino invit al papa a enviar una tercera embajada: esta vez se incluy al dicono alejandrino Discoro, que tanto haba ayudado a Simmaco y cuya lengua era el griego. Iba provisto de un documento, Libellus fidel Hormisdae Papae, que expresaba con absoluta claridad la posicin de Roma tanto en la cuestin cristolgica como en la primaca de la Sede Apostlica. El documento fue presentado al emperador y los obispos, que lo asumieron. En l se contena este texto:

No puede silenciarse la afirmacin de nuestro Seor Jesucristo que dijo: T eres Pedro y sobre esta piedra edificar mi Iglesia. Estas palabras han sido confirmadas por los hechos: en la Sede Apostlica se ha conservado siempre, sin mcula, la fe universal. sta es la razn por la que yo espero estar en comunin con la Sede Apostlica en la que se encuentra la plena y verdadera religin.

Posteriormente se ha dicho que fueron ms de un millar los obispos que haban suscrito el texto, y la que se llam Frmula de Hormisdas pas a ser uno de los documentos esenciales de la Iglesia catlica; el Concilio Vaticano I la incorporara a la declaracin dogmtica sobre la infalibilidad pontificia. Los monofisitas, sin embargo, que conservaban fuerza en la capital aunque fueran perseguidos, se atrincheraron en Egipto, en donde daran lugar a una disidencia permanente.

Dos Romas. Hormisdas tuvo la sensacin de haber conseguido una gran victoria: los nombres de los ltimos cinco patriarcas as como los de los emperadores Zenn y Anastasio, fueron borrados de los dipticos. Pero Justiniano tambin estaba convencido de haber alcanzado grandes metas: el patriarca Juan II, al firmar la Frmula, manifest la alegra de declarar que ahora las dos Romas, la vieja y la nueva, eran una sola. En los aos siguientes los patriarcas ganaron terreno hasta conseguir, el 521, con Epifanio, el reconocimiento del canon 28 de Constantinopla que otorgaba a Bizancio el primer puesto inmediatamente detrs de Roma. Pero el emperador haba conseguido que esta ciudad se sintiera parte del Imperio. Preparaba ya su reconquista militar. Al mismo tiempo estaba ejerciendo autoridad en asuntos puramente eclesisticos.

Haba, pues, un reconocimiento de que Constantinopla era en cierto modo cabeza de las Iglesias orientales. Hormisdas aprovech el caso de los monjes escitas para demostrar que tal preeminencia no se extenda a cuestiones doctrinales. Dichos monjes, para evitar tendencias nestorianas, haban elaborado una frmula (Uno de la Trinidad sufri en la carne) que, aunque era teolgicamente correcta, poda dar origen a ambigedades. El papa no la conden, pero tampoco la acept; dijo simplemente que bastaba con el Tomus Leonis aprobado en Calcedonia. Cuando Fausto de Riez fue acusado de pelagianismo, respondi que la doctrina de la Iglesia en este punto se haba fijado por Celestino I y bastaba con atenerse a ella.

Lber Pontificalis. L. Duchesne {Le Lber Pontificalis, Pars, 1884-1885) pudo ya demostrar que en este tiempo se comenzaron a redactar las biografas de los papas a partir de documentos existentes en los archivos romanos. El Lber Pontificalis, como la traduccin de los cnones griegos al latn (obra encomendada a Dionisio el Exiguo, el mismo monje que elabor el clculo del comienzo de la era cristiana) perseguan una meta: demostrar la continuidad apostlica sin fisuras. Consciente de la debilidad que poda acarrear el sometimiento al Imperio de Constantinopla, Hormisdas busc un fortalecimiento con las Iglesias de Occidente: Cesreo de Arles y Avito de Vienne se mantuvieron en muy estrechas relaciones con el papa; nombr vicarios en Espaa, primero a Juan de Elche y el 521 a Salustio de Sevilla. A este ltimo otorg facultades para convocar y presidir concilios en Blica y Lusitania, asegurando el cumplimiento de las disposiciones romanas.

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