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Por Enrique Andres Pretel
CIUDAD DE MÉXICO (Reuters) – De Venezuela a México, varios presidentes latinoamericanos lamentaron el sábado la muerte del líder cubano Fidel Castro y elogiaron su influencia de décadas en América Latina, donde forjó nuevos y poderosos liderazgos de izquierda.
Castro falleció el viernes a los 90 años. Su muerte fue anunciada por su hermano, el presidente Raúl Castro, a través de la televisión estatal.
Venerado por unos y detestado por otros, su deceso deja a la izquierda latinoamericana sin su mayor símbolo tras apadrinar una nueva generación de líderes que siguieron su estela para proclamarse «socialistas y antiimperialistas».
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, lanzó varios mensajes en su cuenta de Twitter para despedir a quien su fallecido antecesor, Hugo Chávez, consideraba como padre político e inspiración permanente para los nuevos «revolucionarios».
«Fidel y Chávez construyeron el ALBA, PetroCaribe y dejaron abonado el Camino de la Liberación de nuestros Pueblos… La Historia los Absolvió», escribió el mandatario, parafraseando el mítico discurso del ex guerrillero cubano cuando fue condenado por el asalto al Cuartel Moncada en 1953.
En México, el presidente conservador Enrique Peña Nieto también utilizó las redes sociales para expresar su pésame por la muerte de Castro, quien pasó una temporada exiliado en el país norteamericano desde donde zarpó en el yate Granma para iniciar su revolución.
«Lamento el fallecimiento de Fidel Castro Ruz, líder de la Revolución cubana y referente emblemático del siglo XX (…) Fue un amigo de México, promotor de una relación bilateral basada en el respeto, el diálogo y la solidaridad», dijo Peña Nieto, cuyo país mantuvo tradicionalmente buenas relaciones con la Cuba socialista a pesar de su cercanía con Estados Unidos.
El presidente de Nicaragua, el ex guerrillero Daniel Ortega, así como el presidente de El Salvador, el también ex guerrillero Salvador Sánchez Cerén, mostraron su aflicción por la muerte de un amigo y referente histórico en América Latina.
«Expresamos nuestro eterno agradecimiento al compañero Fidel, a su pueblo y al gobierno cubano por el apoyo solidario que siempre recibió nuestro pueblo en los momentos más difíciles», dijo en un comunicado Sánchez Cerén, cuyo Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) fue respaldado por Castro durante la guerra civil de 1980-1992.
«SOLDADO DEL PUEBLO»
En Sudamérica, los presidentes de Ecuador, Rafael Correa, y de Bolivia, Evo Morales, ambos fuertes aliados de Cuba y Venezuela, elogiaron la grandeza de la figura de Castro y prometieron seguir su legado.
«Fidel Castro nos deja el legado de luchar por la integración de los pueblos del mundo (…) Duele mucho la partida del comandante Fidel Castro», dijo Morales a la cadena Telesur.
«Fidel es el soldado del pueblo, es el comandante de las fuerzas libertarias no solamente de América sino de todos los pueblos del mundo. Así como en este momento el ‘Che’ (Guevara) sigue circulando en todo el mundo, Fidel estará para todos los pueblos del mundo», agregó luego en un acto con campesinos.
Raúl Castro dijo que los restos del anciano líder serán cremados en las primeras horas del sábado.
«Se fue un grande. Murió Fidel. ¡Viva Cuba! ¡Viva América Latina!», se despidió el presidente ecuatoriano Correa.
La canciller argentina, Susana Malcorra, sostuvo que el fallecimiento del líder pone fin a una era en la región.
«Murió Fidel Castro. Con él se cierra un capítulo importante de la historia latinoamericana. Mis condolencias al gobierno y al pueblo de Cuba», dijo Malcorra en su cuenta de Twitter.
«Fidel Castro, más allá de las aproximaciones o de las diferencias ideológicas que uno pudiera tener con él, ha sido una figura que marcó la historia de Latinoamérica», sostuvo más tarde la funcionaria a la televisión de su país.
En tanto, el Gobierno de Uruguay lamentó el «triste acontecimiento» y decretó duelo nacional para el domingo.
(Con reporte adicional de Nelson Rentería en San Salvador, Diego Oré en Caracas, Daniel Ramos en La Paz, Maximiliano Rizzi en Buenos Aires, Alexandra Valencia en Quito y Mastías Larramendi en Montevideo. Editado por Anahí Rama y Javier Leira.)
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