Fidel, en blanco y negro

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Infolatam
Madrid, 26 de noviembre de 2016


(Cuba Debate. Cuba).- “Mañana cumpliré 90 años….Así comenzó mi vida. A lo mejor escribo, si tengo tiempo, sobre eso. Excúsenme que no lo haya hecho hasta ahora, solo que tengo ideas de lo que se puede y debe enseñar a un niño. Considero que la falta de educación es el mayor daño que se le puede hacer”.

(Especial para Infolatam)-. Fidel Castro se transformó en un personaje de enorme protagonismo internacional desde finales de los años 50 hasta su muerte en 2016. Logró convertir a Cuba en una pieza clave del tablero mundial tanto durante la Guerra Fría como en la época posterior. Fue, sin duda, uno de los personajes decisivos del siglo XX. Un líder mundial y, en su país, un héroe para muchos y un tirano para otros.

Conquistado el poder en 1959 y purgado el régimen de sus rivales (1960) llegó enseguida el enfrentamiento directo con Estados Unidos. La administración Eisenhower preparó en Guatemala la invasión a Cuba que degeneró en una sublevación militar en el país centroamericano en rechazo por la cesión de territorio guatemalteco para un intervención internacional.

Luego vendría el fiasco de la derrota de Bahía de Cochinos para el gobierno de John Fitzgerald Kennedy. Es decir, tan solo en dos años -1959-61-, Cuba había creado crisis políticas en dos países de la región, uno de ellos, Estados Unidos.

El último caudillo latinoamericano y el primer dictador totalitario

Fidel Castro se lanzó entonces en brazos de la URSS y del comunismo. Necesitaba un paraguas que le protegiera frente al coloso estadounidense y le permitiera impulsar su oleada de reformas de tinte nacionalista antiimperialista.

Un antiguo aliado suyo, caído en desgracia en 1960 y encarcelado, Huber Matos, analizaba en una entrevista con Zoe Valdés al líder cubano: “No creo que Fidel fuera comunista, ni lo fue ni lo es. Él fue un oportunista. El comunismo le brindó la oportunidad de quedarse en el poder de por vida y convertir a Cuba en su finca privada”. Según Matos, “Batista no destruyó la República ni la moral de los cubanos como ha hecho Fidel Castro. Creo que Fidel conscientemente desbarató la moral de los cubanos para que le obedecieran ciegamente. Es un matón que sabe que intimidar le permite imponerse y no escatima cualquier medio por perverso que sea para lograrlo”.

Fidel Castro junto con Huber Matos en 1959

Poco después, la Unión Soviética empezó a colocar misiles en Cuba lo que al descubrirse provocó la crisis de 1962. La única vez en la que el mundo estuvo a punto de vivir una guerra nuclear fue por la Cuba castrista. Como confesó el propio Robert Kennedy, hermano de JFK: “Sentí que estábamos al borde del precipicio y que era inevitable caer en él”.

La URSS y EEUU, al margen de Cuba, acabaron pactando la retirada de misiles en Cuba y Turquía, lo cual fue tomado como una afrenta por el líder cubano.

Castro, tras este fiasco que nunca le perdonó a Nikita Kruschev, empezó a apoyar a las guerrillas latinoamericanas buscando no quedarse solo en el continente: así nacieron los grupos subversivos en Guatemala, Venezuela, Colombia, Perú, Argentina y Bolivia.

En los 70 empezó a romperse ese aislamiento en el que se hallaba Cuba: el triunfo de Salvador Allende en 1970 fue emblemático. Tanto que Fidel se trasladó a Santiago para apoyar el proceso chileno y estuvo en el país sudamericano durante semanas para apoyar el experimento que se vivía en el país andino.

Pero aún más trascendental fue la victoria del sandinismo en Nicaragua en 1979, su elección como Presidente del Movimiento de los No Alineados en 1977 y el triunfo de las tropas cubanas en Angola en los 70 y 80.

Los años 70 fueron, así, los más gloriosos para el castrismo.

Mario Vagas Llosa cercano al régimen hasta los 70 siempre ha denunciado como progresivamente la comunidad internacional fue respaldando al dictador cubano: “Una dictadura ha tenido tantas complicidades, aún en sectores aparentemente nada favorables a las dictaduras, es decir, los sectores democráticos. Es una verdadera vergüenza que tantos gobiernos democráticos apoyen, no de una manera disimulada y vergonzosa sino abierta, a la dictadura de Fidel Castro”.

El escritor peruano cree que “por una extraña perversión de la cultura de nuestro tiempo, ayudar a la dictadura de Fidel Castro da todavía unas credenciales políticas y esas credenciales sirven a gobiernos democráticos, a políticos democráticos, para ganar el ansiado título de progresistas. No son sólo los gobiernos democráticos los que actúan de una manera cómplice con la dictadura cubana, son también muchos intelectuales”.

Los años 80, con el colapso de la URSS de Mijail Gorbachov, el fin del sandinismo en Nicaragua y el triunfo de las tesis neoliberales y democratizadoras en América latina dejaron al castrismo de nuevo aislado y sumido en una profunda crisis económica.

Fidel, que v¡convirtió en un arte su propia supervivencia política, incrementó la represión (fusilamiento del general Ochoa), realizó profundas reformas económicas y reforzó su enfrentamiento con el gobierno de EEUU, en concreto con la administración de Bill Clinton.

El analista Carlos Alberto Montaner quien rompió con el régimen en los 80 asegura que “hace 20 años Fidel Castro, tras el derrumbe del Muro de Berlín y la desaparición de la URSS, aseguró que salvaría al comunismo y en el orden material lograría un modelo mucho más productivo en un plazo de cinco o seis años … El régimen se sostiene por inercia y a palo y tentetieso. La necesidad de un cambio radical es ya un clamor en la sociedad cubana. Cuando se produzca la coyuntura adecuada el régimen será transformado en otra cosa totalmente diferente”.

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A finales de los 90, el régimen volvió a ver la luz: el Papa Juan Pablo II viajó a la isla y, sobre todo, a partir de 1999 Hugo Chávez se convirtió en presidente de Venezuela y apadrinó económicamente a quien era su padrino intelectual: el convenio de 2002 surtió de petróleo barato a Cuba y en 2004 nacía el ALBA.

En los últimos años desde Nicaragua, Venezuela, o Bolivia se han lazando reiterados mensajes de admiración hacia Fidel.

Evo Morales, gobernante de Bolivia, expresó ha llegado a decir que nunca conoció a un hombre tan solidario como él y que sigue siendo el hombre de las gestas libertarias para América y el mundo: “es un hombre, un hermano, un compañero que lucha por la vida y por la humanidad”.

Incluso, Hugo Chávez mostró su simpatía hacia Castro al felicitarle el pasado 13 de agosto con motivo de su 86 cumpleaños.

Escribió en su cuenta de twitter lo siguiente: “¡He conversado hace un rato con Fidel. Quise felicitarle por su cumpleaños y me ha encargado transmitirle un saludo al pueblo Venezolano! (…) ¡Es impresionante su energía y su lucidez! ¡Es un ejemplo de voluntad y de constancia revolucionaria para todos y todas! ¡Viva Fidel!”.

Sin duda, Fidel en sus últimos años se encontraba más arropado que nunca.

Su carrera fue un constante esfuerzo por sobrevivir políticamente para lo cual utilizó, con inteligencia, su inigualable carisma que arrastraba a las masas; una mano de hierro implacable con sus enemigos; una capacidad de cambiar de aliados y de políticos según conveniencia. En su personalidad convivían el caudillo decimonónico latinoamericano con el dictador que se encontraba en la cúspide de un régimen totalitario que aplastó a los opositores y las libertades a la vez que impulsaba grandes avances materiales en educación y salud.

Fidel, un héroe del siglo XX

Fidel Castro ha sido por lo tanto un personaje latinoamericano con una enorme presencia e impacto mundial. Los odios y las pasiones que despierta se han internacionalizado. Muchos intelectuales, estadounidenses, americanos o europeos, se sintieron atraidos y se tranformaron en portavoces y defensores de su régimen.

Entre esos defensores destacan tres intelectuales: Gabriel García Márquez, Ignacio Ramonet y Noam Chomsky.

Ignacio Ramonet, autor de una biografía sobre Fidel, resalta las virtudes carismaticas del caudillo cubano: “¿Que el personaje es capaz de provocar fascinación? La respuesta es sí, en todo caso en personas de mi generación, que han seguido de cerca su biografía, su trayectoria…. Admito que el personaje es fascinante, no lo digo yo, lo han dicho miles de personas, es un gran seductor, un gran actor, tiene una enorme capacidad de seducir intelectualmente…”.

Gabriel Gacia Márquez fue su amigo, un íntimo amigo.

En un artículo exaltaba a Fidel al recordar que el Comandante “sueña con que sus científicos encuentren la medicina final contra el cáncer y ha creado una política exterior de potencia mundial, en una isla 84 veces más pequeña que su enemigo principal. Tiene la convicción de que el logro mayor del ser humano es la buena formación de su conciencia y que los estímulos morales, más que los materiales, son capaces de cambiar el mundo y empujar la historia”.

Y Avram Noam Chomsky, lingüista, filósofo y activista político en una entrevista realizada por “Radio Habana Cuba”  en el 2010, admitía que el Presidente de Cuba, Fidel Castro es considerado como un héroe en América Latina por su posición contra el imperialismo de los Estados Unidos.

Otros, como el director de cine Oliver Stone, reiteró su admiración por Fidel Castro: “Fidel es uno de los hombres más sabios que conozco”. Pero no se trata solo de intelectuales, figuras como  Diego Armando Maradona consideraban a Fidel Castro un ‘dios’ y un ‘maestro de maestros’.

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