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- Si no se adapta la regulación existente, el sector buscará fuera de España
En profundidad
Tras el período de gobierno en funciones de los últimos meses, desde la Asociación Española de Fintech e Insurtech (AEFI) aplaudimos la llegada de los nuevos miembros del Gobierno de Mariano Rajoy y, en especial, la del Ministro Álvaro Nadal al departamento ministerial de Agenda Digital y la acertada continuidad de Victor Calvo-Sotelo al frente de la Secretaría de Estado de Sociedad de la Información y la Agenda Digital. Entendemos que su cometido será el desarrollo de la economía digital, y en estos momentos el sector financiero, que atraviesa una de las mayores transformaciones gracias a la digitalización y la innovación tecnológica, debe ser prioritario.
Las fintech queremos trabajar con el nuevo Gobierno para comenzar a construir juntos el futuro financiero del país. Y vamos a empezar con velocidad: presentando a los organismos reguladores antes de que acabe el año el Libro Blanco del sector Fintech en España, que esperamos ayude al Gobierno a entender la situación de las más de 120 empresas que operan en este sector en la actualidad en nuestro país y la importancia que tiene para ellas impulsar una necesaria y urgente regulación que nos ayude a trabajar en un entorno legislativo adecuado. Las fintech hemos venido a generar valor al mercado financiero y a sus clientes, y para ello necesitamos del apoyo de las administraciones, y de una regulación acorde.
Actualmente en España operan unas 128 fintech y se podría cerrar el año 2016 con un número muy próximo a las 200. En 2015 estas empresas sumaron una inversión de 130 millones de euros, lo que significa un 40% más que el año anterior.
Distintos países europeos como Alemania, Reino Unido o Francia, o del resto del mundo, como EEUU, Australia o Singapur han desarrollado diferentes iniciativas regulatorias con la finalidad de fomentar el desarrollo del emprendimiento en el sector fintech. Estos esfuerzos en los países mencionados han logrado su objetivo: mientras en nuestro país se han invertido 130 millones de euros en empresas fintech, en Reino Unido la inversión en supera los 650 millones de euros, dando lugar a unos ingresos de más de 6.600 millones de libras y proporcionando empleo a más de 60.000 personas. A la vista de los datos anteriores, surgen dos cuestiones: ¿es posible replicar en España el desarrollo que las entidades fintech han experimentado en otros países? ¿Cuáles son los factores que determinan el desarrollo de estas entidades?
En España las fintech han comenzado a despegar y aquí se vive un momento muy interesante, con grandes players españoles, con una proyección de crecimiento fuerte. En este contexto, para que las iniciativas fintech que se dan en nuestro país se consoliden y se pueda llegar a un nivel de desarrollo similar al de Gran Bretaña es necesario contar con el apoyo del Gobierno y de los organismos reguladores, que velen por la seguridad jurídica de los nuevos players y por la de sus usuarios.
Como emprendedora también pediría al gobierno un apoyo decidido por fomentar el desarrollo de nuevas empresas. España cuenta, sin duda, con buenos mimbres para crear un hub emprendedor de primera magnitud: la creatividad y la innovación es la base de nuestro ADN mediterráneo y contamos con gran expertise tecnológico. Pero nos falta un decidido apoyo de las administraciones, a todos los niveles: en inversión en I+D, en incubadoras y aceleradoras públicas, en incentivos fiscales, en programas de financiación en la fase semilla de los proyectos, donde el nivel de riesgo de que un proyecto innovador no tenga éxito es más elevado.
Desde la AEFI pedimos al nuevo gobierno que entienda nuestras necesidades, y que busque un marco regulatorio propicio para que todas las compañías fintech que operamos en España no debamos marcharnos a otros países para seguir operando con total garantía y transparencia. El apoyo del gobierno es clave para el fomento de entidades fintech. Pedimos neutralidad y unas mismas reglas de juego que permitan a las fintech ser competitivas. Pedimos además tracción regulatoria para que este proceso de despegue de las fintech en nuestro país no se vea paralizado por causas ajenas al propio proceso emprendedor.
La prioridad es la estabilidad en el sector financiero para todos los operadores que estamos en él. Si no lo hacemos, y no adaptamos la regulación existente a los nuevos entrantes, el sector fintech deberá buscar su futuro más allá de nuestras fronteras.
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