La condena en EE UU a los sobrinos de Maduro congela el diálogo en Venezuela

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El proceso de diálogo entre Gobierno y oposición que el Vaticano auspicia en Venezuela, lastrado desde su origen por la profunda desconfianza entre las partes, ha querido herido, y tal vez de muerte, este miércoles en Caracas. La terna de expresidentes que ofician como acompañantes del proceso dejó saber a los representantes de la oposición que los delegados gubernamentales se ausentaron de la mesa de diálogo como señal de protesta por la aprobación, la víspera, de un debate en el seno de la Asamblea Nacional sobre el caso de tráfico de drogas por el que la semana pasada dos sobrinos de la Primera Dama venezolana, Cilia Flores, fueron encontrados culpables por un jurado en Nueva York.

De acuerdo a lo dicho a través de redes sociales por varios dirigentes de la oposición, el trío de expresidentes -conformado por el dominicano Leonel Fernández, el panameño Martín Torrijos y el español José Luis Rodríguez Zapatero– informó la novedad al mediodía de este miércoles. De acuerdo a esas versiones, los representantes del Gobierno de Nicolás Maduro no comparecieron en una reunión temática preparativa prevista para el mismo miércoles, y tampoco lo harán en próximo encuentro oficial de la Mesa de Diálogo, programado para el 6 de diciembre.

Ya entrada la tarde del miércoles no quedaba claro si se trata de un retiro temporal en gesto de inconformidad, o si es una decisión definitiva. El secretario general de la opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD), Jesús Torrealba, declaró “congelado” el diálogo. Por su parte el gobernador del estado de Miranda y dos veces excandidato presidencial, Henrique Capriles Radonski, lo dio por concluido con una declaración en Twitter: “Maduro se paró de la mesa del supuesto diálogo, nunca cumplió, ¡quedó en evidencia frente al mundo y hasta del Papa se burló!”.

Bloqueada la vía electoral por el Gobierno y con el diálogo haciendo aguas, las esperanzas para una solución pacífica al conflicto venezolano corren el riesgo de extinguirse. El propio Capriles llamó a “a todos los venezolanos que queremos soluciones” a “luchar unidos para alcanzarlas”.

De momento, ningún vocero del Gobierno se había pronunciado sobre su incomparecencia. Sin embargo, trascendió que la causa del gesto fue la molestia que causó en Maduro la aprobación, el día martes, de una resolución para debatir en el parlamento la condena de los sobrinos de la Primera Dama, a quienes los diputados de la oposición suponen conexiones con las altas esferas del poder.

Durante esa sesión del martes, los parlamentarios del oficialismo intervinieron para tratar de echar abajo la moción, sosteniendo que el caso contra los sobrinos Flores había sido preparado como una trampa por parte de la Agencia Antinarcóticos de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés). Sus esfuerzos resultaron estériles, pues la oposición hizo valer su mayoría y consiguió una votación de 101-38 a favor del debate.

La retirada de los delegados del Gobierno en las conversaciones se hizo efectiva en un día clave, pues este miércoles se encontraba en Caracas el subsecretario de Estado para América Latina, Thomas Shannon, según informó por Twitter el secretario general del opositor partido Primero Justicia (PJ), Tomás Guanipa. El diplomático estadounidense es comúnmente tenido como el valedor trastiendas del proceso de diálogo, y quien está a cargo de las últimas gestiones que la agonizante administración Obama intenta para desactivar la bomba de relojería en Venezuela.

Guanipa, desde el partido mayoritario de la oposición, emplazó a los acompañantes internacionales a que “le hablen con la verdad a los venezolanos sobre las razones para que el Gobierno abandonara la mesa”.

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