[ad_1]
Infolatam
Madrid, 21 de noviembre de 2016
(Infolatam, por Rogelio Núñez)-. El nuevo acuerdo entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las Farc no ha sido tampoco aceptado por aquellos que impulsaron el “No” en el plebiscito del 2 de octubre. Los cambios introducidos en los 40 días de renegociación han sido considerados como insuficientes por el amplio espectro de fuerzas que rechazan lo acordado en La Habana el 12 de noviembre.
El Gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC anunciaron en la capital cubana un nuevo acuerdo con el que confiaban en desbloquear el proceso de paz, rechazado en el plebiscito del 2 de octubre.
Un mes y diez días después de esa derrota, las partes elaboraron un documento que incorpora una parte de las aportaciones de los sectores que rechazaron el acuerdo inicial apenas días después de su firma, pero que “no sacrifica” el espíritu de aquel histórico pacto, según el jefe negociador del Gobierno, Humberto De la Calle.
El nuevo acuerdo de paz firmado por el Gobierno colombiano y las FARC se presentó como definitivo tan solo pendiente de fijar la manera cómo sería refrendado antes de proceder a su implementación, dijo el jefe negociador oficial, Humberto de la Calle. “Este es el acuerdo final, realmente lo que sigue es una discusión sobre refrendación”, manifestó el propio De la Calle en una rueda de prensa en la Casa de Nariño en Bogotá.
El veto de los del No permanece
Sin embargo, los líderes del “No” han vuelto a ratificar su negativa. Algunos lo hicieron la semana pasada y de otros (en especial de Álvaro Uribe)se han pronunciado este lunes.
Como recuerda la revistas Semana, Marta Lucía Ramírez ya envió una carta al presidente Santos para comunicarle que en el nuevo acuerdo no están consignadas sus peticiones de transformar el modelo de desarrollo rural, aplicar la justicia transicional con penas de reclusión moderada y determinar su implementación a través de facultades ordinarias del Congreso, entre otros aspectos.
De hecho, la excandidata presidencial y líder opositora al primer acuerdo de paz firmado por el Gobierno colombiano y las FARC, pidió que el nuevo texto no se presente todavía como “definitivo” a fin de que “nos permitan la reacción consecuente con nuestros esfuerzos y propuestas para que cualquier ajuste adicional se haga de la manera constructiva y responsable”.
Jaime Castro fue otras de las cabezas más destacadas de la postura negativa a los acuerdos en el plebiscito, liderando la plataforma “Mejor No”.
Ahora ha vuelto a ratificar su postura pese a los cambios introducidos en la renegociación: “El nuevo Acuerdo, o el nuevo texto del viejo Acuerdo, es el parto de los montes, porque, como lo advirtió y repite el gobierno, a la versión anterior sólo se le hicieron ajustes y precisiones”.
El exprocurador general, Alejandro Ordóñez, ha señalado que el nuevo acuerdo con las Farc presentado por el Gobierno no incluye todas las sugerencias hechas por los sectores del No. Asegura que es un texto maquillado porque “los inamovibles del No, que fluyen el 2 de octubre, fueron desconocidos en eso que el Gobierno llama un nuevo acuerdo, pero es el mismo acuerdo con modificaciones insustanciales, es el mismo acuerdo maquillado”.
Asimismo, varias iglesias evangélicas ha mostrado su rechazo al nuevos acuerdo. Los pastores de algunas comunidades cristianas se mostraron inconformes con varios de los ajustes del documento. Es el caso del líder espiritual de la iglesia Manantial, Eduardo Cañas, quien considera que el nuevo documento mantiene el tema de la “ideología” de género, “en su esencia”, por lo que advirtió que si se llega a realizar un nuevo plebiscito “nos sería difícil apoyarlo”.
Sin embargo, resaltó que las delegaciones del Gobierno y las Farc consideraron las propuestas de propiedad privada, justicia transicional y que el nuevo acuerdo no haga parte del bloque de constitucionalidad. Al parecer el uso de la palabra “enfoque de género” dentro del acuerdo continúa siendo uno de los temas sensibles que llevarían, una vez más, a las comunidades religiosas a decirle “No” al acuerdo de paz con la guerrilla de las Farc. No obstante, los líderes de las iglesias esperan reunirse con el Presidente para tomar una decisión definitiva.
Finalmente, este domingo, el expresidente Andrés Pastrana, otro de los grandes referentes del “No”, ha rechazado el nuevo acuerdo de paz pactado entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), al considerar que “mantiene la esencia antidemocrática del pacto original”.
A la espera de la respuesta de Uribe
El último “No” al nuevo acuerdo ha provenido de Álvaro Uribe.
Desde el 12 de noviembre permanecía en silencio tanto él como su partido, Centro Democrático, que llevaban casi dos semanas estudiando el texto.
El expresidente le pidió al presidente del Congreso, Mauricio Lizcano, ampliar el plazo para “examinar” el nuevo acuerdo y “poder darle unas reacciones al equipo del Gobierno” ya que el Centro Democrático no estaba “en condiciones” de participar en la reunión por la paz, prevista para este miércoles 16 en el Senado con las bancadas de todas las colectividades.
Desde el primer momento al uribismo le molestó el anuncio del Gobierno de que “el nuevo acuerdo es definitivo” y que no había lugar para “una nueva negociación”. Una posición que fue respaldada por el gobierno de Santos y por la propia guerrilla.
El líder guerrillero Rodrigo Londoño Echeverri, alias “Timochenko”, aseguró que el nuevo acuerdo firmado entre el gobierno de Santos y las FARC es “definitivo”. Desde Cuba, Timochenko declaró haber alcanzado un acuerdo sólido, incluyente, plural y posible de implementación. “Por lo tanto, es definitivo”, enfatizó.
El uribismo ha respondido en bloque contra esa postura. “Si el acuerdo es definitivo, se está dividiendo al país y nos aboca a un enfrentamiento político brutal los próximos 21 meses”, aseguró el exvicepresidente Francisco Santos, uno de los líderes del uribismo.
Además, las huestes uribistas también han manifestado que “los puntos sustanciales” no fueron tenidos en cuenta en Cuba. “El nuevo acuerdo habilita a los criminales para ocupar curules gratis en el Congreso sin pagar penas de cárcel o privativas de la libertad”, sostuvo el senador uribista Alfredo Rangel.
Y por si fuera poco todavía retumban las palabras de Uribe tras conocer el nuevo acuerdo y después de reunirse el 13 de noviembre con Santos.
El expresidente aseguró entonces en un comunicado que había “pedido al Presidente de la República que los textos que anuncian de La Habana no tengan alcance definitivo, que sean puestos en conocimiento de los voceros del No y de las víctimas, quienes los estudiarán en breve tiempo y expondrán cualquier observación o solicitud de modificación en nueva reunión con el equipo negociador del Gobierno”.
Así pues al acuerdo le espera una cerrada oposición en el legislativo por parte del uribismo aunque allí tiene mayoría el oficialismo. El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, trasladará este miércoles al Congreso el nuevo acuerdo al que llegó el gobierno con las FARC, para que el legislativo lo refrende.
Santos y las Farc conseguirán verlo aprobar pero pesarán un no menor calvario. Como señala Juanita León en La Silla Vacía, para Uribe “el Congreso es el escenario perfecto para terminar de deslegitimar el Acuerdo con las Farc. Podrá decir que es un congreso ‘enmermelado’ por Santos que se limitará a pupitrear el nuevo Acuerdo, que no modificó los dos puntos clave para haberlo rechazado como la cárcel y la elegibilidad política, y sus congresistas se saldrán del recinto cuando llegue el momento de refrendarlo”.
[ad_2]
fuente