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Investigadores de España y Reino Unido han desarrollado una nueva molécula capaz de provocar una respuesta hipóxica controlada en las células, lo que puede ser una diana terapéutica para tratar enfermedades debidas a la falta de oxígeno, como lesiones isquémicas o la anemia.
El investigador de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación de la Universidad de Barcelona, Carles Galdeano, es el primer autor de un artículo publicado hoy en la revista ‘Nature Communications’ en el que explica el resultado de la investigación.
Un estudio realizado junto a Galdeano y Alessio Ciulli y Julianty Frost, de la Universidad de Dundee (Reino Unido), y que ha permitido el desarrollo de la nueva molécula prueba (VH298).
Esta molécula, según explicó Galdeano, “supone una nueva aproximación terapéutica de gran importancia en el ámbito de las lesiones isquémicas producidas por la falta de circulación sanguínea en el cerebro o en el corazón, y también en los accidentes cardiovasculares y la anemia por enfermedad renal crónica o por quimioterapia”.
Según Galdeano, el uso de moléculas prueba tiene un interés creciente en la elaboración de fármacos, ya que permite validar químicamente nuevas dianas farmacológicas de un modo selectivo y aportar compuestos químicos que rápidamente se pueden desarrollar como fármacos.
Sin embargo, identificar y desarrollar con éxito estas moléculas es extremadamente difícil.
“La VH298 es capaz de inhibir la interacción proteína-proteína entre la enzima E3 ligasa VHL y el factor de transcripción HIF-1alfa, un proceso que desencadena de forma totalmente selectiva y controlada una cascada de procesos similares a los que se producen en las células que están sometidas a condiciones de hipoxia, es decir, de falta de oxígeno”, detalló Galdeano.
“Este trabajo -añadió- valida por primera vez la proteína E3 ligasa VHL como diana terapéutica que puede ser modificada con fármacos. VH298 es capaz de aumentar los niveles de la hormona eritropoyetina (EPO) en las células e incrementar así la cantidad de glóbulos rojos”.
“En definitiva, es como si se administrara oxígeno a las células, pero a través de un tratamiento farmacológico”, resumió el investigador.
Efe
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