Daniel Ortega aseguró nuevamente el mandato en comicios amañados

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Nicaragua celebró este domingo 6 de noviembre sus elecciones generales, donde los ciudadanos elegirían a un presidente, un vicepresidente, 90 diputados a la Asamblea Nacional y 20 representantes ante el Parlamento Centroamericano.

En los comicios contendieron como candidatos presidenciales, además del presidente, Daniel Ortega, y Rodríguez, el pastor evangélico Saturnino Cerrato, de la Alianza Liberal Nicaragüense (ALN); el ganadero José del Carmen Alvarado, del Partido Liberal Independiente (PLI); el abogado Erick Cabezas, del Partido Conservador (PC), y Carlos Canales, de la Alianza por la República (Apre), todos del bando izquierdista ya que el bloque opositor fue excluido del proceso electoral, acción que ejecutan muchos de los Gobierno dictatoriales.

Las autoridades electorales aseguraron que hasta las 12.00 hora local (18.00 GMT) hubo una normal asistencia de votantes y el proceso se llevó a cabo con tranquilidad, salvo “ligeras confusiones”.  Este anuncio fue confirmado por la Policía Nacional y el Ejército de Nicaragua al mencionar que la jornada comicial se desarrollaba en calma.

En ese sentido, el jefe del Ejército de Nicaragua, el general Julio César Avilés, expresó a los medios que  los comicios “han transcurrido de manera normal en todo el territorio nacional”.

Se prevé que los centros de votación cierren alrededor de las 18.00 hora local (00.00 GMT del lunes), y que los primeros resultados sean emitidos entre las 21.00 y 21.30 hora local (03.00 a 03.30 GMT del lunes), indicó un magistrado del país centroamericano.

Votaciones

Para el proceso fueron habilitados a 4,34 millones de nicaragüenses para elegir a los candidatos ideales.

En este período electivo, el objetivo de Ortega es llegar a su cuarto mandato (el tercero consecutivo), ahora junto a su esposa, Rosario Murillo, a la vicepresidencia, luego de una cuestionada interferencia en las aspiraciones de las tendencias oponentes en las cuales contribuyó a su división, aboliéndolas del panorama electivo, lo que garantizó su victoria.

Frente a sus políticas imperiosas, Ortega aseguró el mandato, según las encuestas, en un proceso amañado que no contó con la observación de la Organización de Estados Americanos (OEA), ni la Unión Europea.

Ligeras confusiones

Roberto Rivas, el presidente del Consejo Supremo Electoral (CSE), señaló, sin detallar, que “ha habido algunas ligeras confusiones en diversos municipios en materia del padrón electoral, pero eso es algo que ocurre en todas las elecciones”, tras recorrer varios centros de votación.

Con una intención de voto del 69,8 % y una ventaja de 61,7 puntos sobre su principal oponente, el exguerrillero de la “Contra” Maximino Rodríguez, el mandatario sandinista se perfiló como  vencedor en la primera vuelta, algo para lo que necesitó lograr los votos suficientes,  en provecha de la ausencia de las organizaciones opositoras, concentrando a su rededor  un cúmulo de entidades fieles a sus iniciativas reeleccionistas.

Imagen destacada: proceso.hn

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