Mientras la pandemia de coronavirus hace estragos en Venezuela, Alida De Guidi, de 76 años, dijo que se levantó al amanecer y esperó en la cola de Caracas para vacunarse contra el COVID-19.
En el país con las mayores reservas de petróleo del mundo, las familias han enviado a los más fuertes a hacer largas colas para conseguir alimentos, medicamentos, combustible, dinero en efectivo y, en algunas zonas, agua. Conseguir la vacuna contra el COVID para los mayores de 65 años no es diferente. El distanciamiento social es imposible.
De Guidi dijo que un empleado del gobierno añadió su nombre a una lista de espera. Nunca recibió respuesta de nadie, así que volvió al lugar para hablar con los soldados que custodiaban la fila.
El gobierno socialista del presidente venezolano Nicolás Maduro aceptó las vacunas de Cuba, uno de los últimos países comunistas del mundo.
Algunos venezolanos tendrán que hacer tres colas para vacunarse. La Abdala de BioCubaFarma, o CIGB-66, una vacuna de tres inyecciones, demostró ser 92,28% efectiva contra la infección del coronavirus durante las pruebas clínicas de la última etapa, dicen los funcionarios cubanos.
El gobierno de Maduro protestó porque un banco bloqueó un pago parcial a la COVID-19 Vaccines Global Access, o COVAX.
El liderazgo socialista de Venezuela se ha acostumbrado a culpar de todas las dificultades del país a las sanciones de Estados Unidos. En 2019, el ex presidente Donald Trump reconoció a Juan Guaido como líder de Venezuela.
Abundan las anécdotas sobre personas que llegan a los centros de vacunación intentando pagar sobornos.
Fuente: Local 10
Torres colaboró con este reportaje desde Miami.