A medida que el tráfico sexual se ha disparado en Venezuela, las agencias de modelos aparentemente legítimas están siendo vinculadas repetidamente con casos de tráfico de personas, a menudo enviando mujeres al extranjero.
El caso más reciente se produjo a finales de abril, cuando las autoridades allanaron la agencia de modelos Sambil en Venezuela y detuvieron a cuatro empleados acusados de tráfico de personas, entre ellos la directora Jenny Rosales.
Rosales fue detenida en el aeropuerto internacional de Maiquetía, en Caracas, cuando pretendía viajar a la República Dominicana. Según el fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, Rosales tomó varias modelos de la agencia y las entregó a una banda relacionada con la minería ilegal en el estado de Bolívar. Los propietarios de la agencia, el Centro Sambil, no tardaron en emitir un comunicado en el que negaban haber actuado de forma ilícita y afirmaban no tener conocimiento de ninguna actividad ilegal.
La investigación sobre Rosales había comenzado en marzo, cuando supuestamente intentó llevar a siete mujeres al municipio de Sifontes, en Bolívar, y venderlas a una red de trata de personas dirigida por un conocido jefe de la banda, Fabio Enrique González Isaza, alias «Negro Fabio», según la organización no gubernamental de derechos de la mujer Tinta Violeta, citada por El Pitazo.
Análisis de InSight Crime
El escándalo de Sambil Model está lejos de ser la primera vez que las agencias de modelos enfrentan este tipo de acusaciones en Venezuela.
En septiembre de 2019, se descubrió que la agencia de modelos Belankazar supuestamente había estado publicando fotos de menores, en trajes de baño y vestidos de cóctel, en YouTube, Instagram y el sitio de medios sociales ruso VKontakte. Al parecer, se ofrecían fotos exclusivas de estos niños a clientes que pagaban. Los niños eran identificados como «Mini Models».
Sin embargo, los propietarios de Belankazar negaron que ninguno de estos actos fuera ilegal, afirmando que «en la cultura latinoamericana, especialmente en Venezuela, es más que aceptado y normal que las niñas comiencen su formación como modelos desde una edad temprana.»
Tres de los propietarios de Belankazar fueron arrestados posteriormente acusados de explotación infantil, pero la agencia sigue activa y los ejecutivos implicados siguen figurando de forma destacada en su página web.
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Y en 2018, el concurso de belleza Miss Venezuela fue acusado de dirigir una supuesta red de prostitución, ofreciendo sus modelos a ricos empresarios venezolanos. El fundador del Miss Venezuela y su director durante más de 40 años, Osmel Souza, dimitió en marzo de 2018 después de que varias exreinas de belleza le acusaran de obligarlas a realizar trabajos sexuales para clientes de pago. Sin embargo, rechazó con vehemencia cualquier implicación en esos tratos y nunca ha sido acusado de ningún delito.
En 2019, su agencia se hizo cargo de la organización de los concursos de belleza Miss Argentina y Miss Uruguay.
Fuente: InSight Crime