Mariangel Alaña, la venezolana que triunfa en Instagram con sus frases y poemas

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¿Puede una sombra humana desmarcarse, tomar una libreta y un marcador y soltar versos en prosa con sutil y frontal desgarramiento?

¿Puede esa sombra renacer a diario desde los escombros del corazón y tener cautivos con sus letras a más de 33.900 seguidores en Instagram?

Sí, puede. Y sucede.

El hilo conductor de esa sombra extrañamente sufrida, pero luminosa e intuitiva es Mariangel Alaña, creadora de @MabeLetras y fuente de inspiración de cientos de frases y poemas que tienen su nicho en Instagram.

El mes de la mujer resulta propicio para contar su historia como escritora y migrante, reseñó Crónicas de Chile.

Mariangel vive en Santiago de Chile y es Contadora Pública.

Mi venida a Chile fue algo que solo le pasa al 1% de la población creo yo. Uno de mis mejores amigos me llamó para decirme que había un trabajo en una firma contable y que le enviara mi CV. Lo envié y me llamó de vuelta que a su jefe le gustó y que me necesitaban en tres semanas en Santiago. Acepté, hice todo, corrí, compré pasaje y me vine. Reconozco que no es algo que le pasa a mucha gente y por eso sé que más que pedir, tengo mucho que agradecer“, detalla quien llegó a territorio austral el 16 de septiembre de 2018.

El fenómeno @Mabeletras
Llama con cariño “Mabe” a esa parte suya que tanto impacto genera en el escenario literario virtual.

Cuenta que nació en 2016 al empezar a mostrar anónimamente esas frases que desde pequeña escribía en diarios o cuadernos, aunque claro, ahora un poco más profundas tras conocer el amor y el desamor y todos los altibajos que pasan las mujeres desde pequeñas hasta adultas.

“Mabeletras es una parte de mí que no todos conocen. Ella es todo lo que Mariangel no es. Algo que solo revelo cuando entro en confianza, aunque ya la cuenta no sea anónima porque me gusta esa reciprocidad que hay con la gente cuando están seguros que alguien tan normal como ellos está detrás de esas palabras, tiene un rostro y es alguien real”, reflexiona.

Su hija/sombra tiene seguidores de diversas nacionalidades, y por supuesto, nacidos en territorio austral. “La primera vez que noté que me seguían chilenos fue un día que una chica me envió un DM y me dijo: ‘Eres seca‘. En ese momento no sabía cómo tomarlo porque no conocía bien el término, pero al leer que significaba que era muy buena en lo que hacía, respiré”.

Mariangel asegura que @Mabeletras tuvo un crecimiento genial en Venezuela y en Chile, aunque el tiempo no le sobre para seguirla manejando como quisiera, se mantiene en franco crecimiento.

Me siguen personas de todos lados, hasta de Italia y quizás es porque me enfoco en vivencias y sentimientos, y eso es algo que tenemos todos en común en cualquier parte del mundo y en cualquier idioma“, relata.

Alaña siente una particular conexión con quienes le escriben para referirse a sus escritos y por ello sueña en positivo. “Mi proyecto más cercano es una autopublicación de una antología de poesía que englobe lo que ha sido Mabeletras desde el momento uno. Es algo que todavía estoy cocinando poco a poco, sin prisas, sin apurarme, porque realmente lo disfruto y como te dije, el tiempo no sobra cuando estás haciendo tu vida desde cero en otras latitudes“.

A su cuenta, refiere, le han escrito chicas contándole historias íntimas y detallándole cómo sus letras las han ayudado en determinado momento y las han hecho aceptarse, quererse y superar situaciones. “Eso para mí es oro, aunque también es una responsabilidad en el fondo“, comenta.

Sostiene que no tiene mayores influencias entre los escritores universales y latinoamericanos, sin embargo, se identifica con Alejandra Pizarnik, poetisa argentina, por la libertad de sus formas y la intensidad de sus palabras.

En Santiago participó, aunque sin éxito, en el concurso literario llamado “Santiago en 100 palabras“, que propone escribir sobre la capital chilena en un máximo de cien palabras.

Siente que esta propuesta no responde a su tipo de escritura, pero considera que leer estos textos es una forma diferente y divertida de conocer la ciudad sin recorrerla. “Y veo eso de forma positiva, ya que estoy conociendo Santiago de la misma forma que me gusta que conozcan una parte de mí, leyendo”.

Para ella es difícil calificar la migración venezolana, dejando en claro eso sí que somos personas dispuestas y eso lo engloba todo. “Dispuestas al esfuerzo y al trabajo a pesar de todas las adversidades. Quien decide dejar el hogar tiene todo el mundo por delante, pero también deja todo un mundo atrás. Me quedo con lo bueno que ha sido Chile conmigo”.

Fuente: Versión Final