Maduro seduce a los evangélicos para las elecciones venezolanas de 2024

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En una reciente reunión de más de un centenar de cristianos y pastores evangélicos, el presidente venezolano Nicolás Maduro profesó su fe en Cristo y anunció programas de bienestar destinados a renovar las iglesias y proporcionar bonificaciones a los pastores. Este movimiento para cortejar el voto evangélico se produce cuando la nación se acerca a las críticas elecciones presidenciales de 2024, que podrían ayudar a legitimar la presidencia de Maduro tras las controvertidas elecciones de 2018.

Aunque la mayoría de los venezolanos se identifican como católicos romanos, la comunidad cristiana evangélica no ha dejado de crecer, y ahora representa el 13% de la población. En toda América Latina, los cristianos evangélicos han ganado influencia política, apoyando normalmente a gobiernos conservadores. Sin embargo, en Venezuela, se han alineado más estrechamente con el chavismo, el movimiento de extrema izquierda de Maduro y su predecesor, Hugo Chávez.

Esta alianza podría atribuirse al sistema autoritario de Venezuela, ya que las iglesias evangélicas buscan maximizar sus ganancias bajo el régimen actual. El acercamiento de Maduro a los evangélicos también podría ser un intento de contrarrestar la influencia de la Iglesia Católica, que ha criticado abiertamente al chavismo desde principios de la década de 2000.

La relación entre los cristianos evangélicos y el chavismo se remonta a la llegada de Chávez al poder en 1999. Chávez pretendía reducir el control de la Iglesia católica sobre la nación y concedió a los evangélicos algunos de los privilegios que ostentaba la Iglesia católica. Esta estrecha relación alcanzó su punto álgido en 2004, pero sufrió un revés en 2005, cuando Chávez expulsó a una organización evangélica estadounidense, acusándola de ser colaboradora de la CIA.

Maduro ha renovado sus esfuerzos por recabar el apoyo evangélico desde finales de la década de 2010, cuando la popularidad del chavismo cayó en picado en medio de la crisis económica y humanitaria de Venezuela. Ha estado organizando eventos con pastores asociados al Movimiento Evangélico Cristiano por Venezuela (MOCEV), un grupo que afirma tener 17.000 iglesias evangélicas bajo su liderazgo, y dirigido por Moisés García, pastor y legislador del partido de Maduro.

A pesar de los posibles beneficios políticos de esta alianza, algunos, como Alfredo Infante, representante de los jesuitas en Venezuela, la consideran un acontecimiento negativo que une a sectores religiosos y políticos. En vísperas de las elecciones presidenciales de 2024, los esfuerzos de Maduro por ganarse el voto evangélico podrían marcar el futuro tanto de la política venezolana como del papel de los grupos religiosos dentro de la nación.