Estados Unidos sigue manteniendo las sanciones financieras y al sector petrolero contra Venezuela a pesar de la creciente presión de los líderes regionales, como el presidente colombiano Gustavo Petro, que sostienen que la disposición del presidente venezolano Nicolás Maduro a entablar conversaciones con los partidos de la oposición merece un alivio parcial de las sanciones. Petro se reunió el jueves con el presidente estadounidense, Joe Biden, en la Casa Blanca, y abogó por un enfoque gradual del alivio de las sanciones a medida que Venezuela cumple su agenda electoral.
La próxima semana, el gobierno de Petro será el anfitrión de las conversaciones en Bogotá entre el gobierno de Maduro y varias facciones de la oposición venezolana, con la asistencia de más de 20 gobiernos latinoamericanos y europeos para alentar las negociaciones. Sin embargo, la Casa Blanca mantiene que sólo considerará el levantamiento de las sanciones si las partes venezolanas logran avances significativos hacia la democracia en el país, incluida la celebración de elecciones parlamentarias y presidenciales libres y justas en 2024.
En la actualidad, las sanciones estadounidenses prohíben a las empresas estadounidenses y afiliadas exportar crudo venezolano y otras materias primas, con algunas excepciones que no implican pagos al gobierno venezolano. En noviembre, la Casa Blanca autorizó a Chevron a sacar petróleo de sus empresas conjuntas con la estatal Pdvsa y exportarlo a Estados Unidos, una medida que ha apoyado la producción petrolera venezolana y ha facilitado las primeras exportaciones a Estados Unidos desde 2019. Sin embargo, Chevron no está autorizada a pagar regalías, impuestos o dividendos al Gobierno venezolano ni a ampliar su presencia en el país más allá de las empresas conjuntas existentes desde enero de 2019.
A pesar del alivio inicial de algunas sanciones, hay pocas expectativas en Washington o entre la oposición venezolana de que las conversaciones con el gobierno de Maduro conduzcan al resultado deseado. Maduro, que ha resistido el impacto de las sanciones estadounidenses y la presión política regional de 2019 a 2022, tiene pocos incentivos para aceptar unas elecciones competitivas que podrían sacarlo del poder. La mayoría de los países del hemisferio occidental y Europa retiraron el reconocimiento a Maduro en 2019 y reconocieron al líder opositor Juan Guaido como presidente interino de Venezuela, pero la oposición venezolana respaldada desde el exterior no ha logrado tomar el poder.
Las recientes elecciones en Sudamérica han llevado al poder a nuevos líderes más dispuestos a trabajar con Maduro, lo que ha dejado a Estados Unidos aislado en su negativa a reconocer la autoridad legal de Maduro para gobernar Venezuela. Aunque la administración Biden ha restablecido el contacto con el gobierno de Maduro, sigue insistiendo en que se produzcan avances significativos hacia la democracia antes de considerar el alivio de las sanciones.