El gobierno de los Estados Unidos ha afirmado que solo aliviará las sanciones impuestas a la dictadura chavista si se ofrecen garantías para elecciones libres y justas en Venezuela. El portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, hizo estas declaraciones durante una rueda de prensa el martes.
Price destacó que la Administración Biden no tiene intención de levantar las sanciones sin que haya un progreso sustancial en cuanto a la democracia y los derechos humanos en el país sudamericano. El portavoz subrayó que la política de EEUU se basa en la presión multilateral y la coordinación con los países democráticos de la región, y afirmó que Estados Unidos seguirá trabajando en estrecha colaboración con sus socios internacionales para promover una solución pacífica y sostenible a la crisis en Venezuela.
El gobierno de Nicolás Maduro ha sido objeto de sanciones por parte de Estados Unidos desde 2017, en respuesta a la deriva autoritaria del régimen chavista y la violación de los derechos humanos en el país. La situación se ha agravado en los últimos años con la profundización de la crisis humanitaria, la persecución política y el deterioro de la situación económica.
El gobierno de Maduro ha expresado en varias ocasiones su deseo de que las sanciones sean levantadas, pero ha sido criticado por no hacer lo suficiente para mejorar la situación en el país. La oposición, por su parte, ha pedido el mantenimiento de las sanciones como herramienta para presionar al régimen y buscar una salida a la crisis.
En este contexto, la exigencia de garantías para elecciones libres y justas en Venezuela se ha convertido en un punto clave en las negociaciones entre el gobierno y la oposición. La posibilidad de celebrar elecciones transparentes y libres ha sido uno de los principales objetivos de la oposición en los últimos años, y ha sido apoyada por la comunidad internacional.
El gobierno de Maduro, por su parte, ha sido criticado por la falta de transparencia y equidad en los procesos electorales. En las últimas elecciones parlamentarias, celebradas en 2020, la oposición se negó a participar al considerar que el proceso estaba viciado y no cumplía con las condiciones necesarias para ser justo y democrático.
En resumen, la exigencia de garantías para elecciones libres y justas se ha convertido en un punto clave en la política exterior de Estados Unidos hacia Venezuela. La Administración Biden ha dejado claro que no levantará las sanciones impuestas a la dictadura chavista sin un progreso sustancial en cuanto a la democracia y los derechos humanos en el país.