La petrolera estatal venezolana, PDVSA, ha anunciado que no pagará los vencimientos de sus bonos por los próximos cinco años o hasta que se levanten las sanciones impuestas por Estados Unidos. Esta medida ha generado preocupación en los inversores y ha aumentado la incertidumbre en torno a la situación financiera de Venezuela.
La decisión de PDVSA de no pagar sus bonos es una medida preocupante que aumenta la incertidumbre en torno a la situación financiera de Venezuela. La compañía argumenta que no puede cumplir con sus obligaciones de pago debido a las sanciones impuestas por Estados Unidos, que han limitado su capacidad para exportar petróleo y obtener financiamiento.
La situación económica de Venezuela ya es delicada, con una inflación galopante, una moneda en caída libre y una economía que se contrajo un 7,2% en 2022. La decisión de PDVSA de no pagar sus bonos solo agrega más incertidumbre a la situación.
La medida también ha generado preocupación entre los inversores que han comprado bonos de PDVSA. Muchos de estos inversores son fondos de pensiones y otros inversores institucionales que buscan una renta fija segura. La decisión de PDVSA de no pagar sus bonos podría poner en riesgo sus ahorros.