La Academia Nacional de Medicina afirmó este viernes que “no hay motivo para alarma” en Venezuela por la llamada viruela del mono, pero considera que deben mantenerse activos protocolos de investigación de viajeros con sintomatología similar a la de la enfermedad.
“No hay motivo para alarma en Venezuela, pero sí se hace necesario investigar por métodos de laboratorio casos con antecedentes de viaje o sintomatología sospechosos (fiebre, malestar general y lesiones de piel), recordando que otras enfermedades como la varicela (lechina) pueden presentarse con lesiones similares”, escribió la academia de galenos venezolanos en un comunicado.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reportó este viernes que existen 80 casos de la viruela del mono en 11 países “donde normalmente no se presenta la enfermedad”.
Según la OMS, las naciones donde se había registrado la enfermedad en los últimos 52 años son africanas: Benín, Camerún, República Centroafricana, República Democrática del Congo, Gabón, Costa de Marfil, Liberia, Nigeria, República del Congo, Sierra Leona y Sudán del Sur.
La población perdió su inmunidad contra esa enfermedad, así como también contra otros virus relacionados»Academia Nacional de Medicina de Venezuela
La viruela del mono es una enfermedad zoonótica viral cuya transmisión puede ocurrir por contacto directo con la sangre, fluidos corporales o lesiones cutáneas o mucosas de animales infectados. También, existe a posibilidad de contagio al comer carne mal cocida de animales que tengan el virus.
Un informe de la OMS indicó que los síntomas del virus del mono son erupciones con ampollas en cara, manos, pies, ojos, boca, genitales; fiebre; dolores de cabeza; dolores musculares; baja energía y ganglios inflamados.
Su período frecuente de incubación es de 6 a 13 días, pero puede también oscilar entre 5 y 21 días. Los síntomas pueden durar entre dos y cuatro semanas.
La nota de la Academia de Medicina venezolana, firmada este viernes por su presidente y secretario académico, los doctores Enrique López-Loyo y Huníades Urbina-Medina, enfatizó en que la viruela humana fue declarada erradicada en 1980 “gracias al uso de la vacuna” y destacó asimismo que su virus causante “solo existe en un par de laboratorios de investigación”.
“Al dejarse de vacunar contra la viruela, la población perdió su inmunidad contra esa enfermedad, así como también contra otros virus relacionados, entre los cuales se encuentra el de la viruela de los monos. Eso ha resultado en la emergencia de casos de esos virus relaciones”, explica la organización sanitaria.
Acota, sin embargo, que los “brotes endémicos” de la viruela del mono ocurren con cierta frecuencia, como recientemente se registró en Nigeria, en 2017.
“Durante todo este tiempo, visitantes a África han exportado el virus a sus países de origen”, menciona, comentando que existen al menos 75 casos reportados este mes en Europa, Estados Unidos y Canadá.
Cepa menos virulenta
Según la Academia de Medicina venezolana, “no está clara” la causa de ese aumento de la viruela del mono y se atreve a sospechar que la diseminación del virus se ha beneficiado de la reanudación de vuelos internacionales después de “la crisis del COVID-19” en el último par de años.
Los especialistas del país suramericano apuntan que existen múltiples diferencias entre la viruela humana y la de los monos. La primera, aseguran, provocaba la muerte de hasta 30% de las personas infectadas, mientras que la segunda “es mucho menos virulenta, asociada con 1% de letalidad”.
Subrayan que la diferencia más relevante entre ambas enfermedades es que la humana se transmitía entre personas con “gran eficiencia”, causando grandes brotes epidémicos en varias zonas del mundo hasta su erradicación.
“El virus de la viruela de los monos es muy poco transmisible entre humanos y es incapaz de establecer largas cadenas de transmisión”, concluyen en su nota.
La Organización Mundial de la Salud explicó que la transmisión entre personas de la viruela de los simios puede ocurrir cuando hay contacto con secreciones respiratorias, lesiones en la piel de alguien infectado o si hay aproximación con objetos recientemente contaminados, como ropa de cama o toallas.
Fuente: Voz de América