La debacle socioeconómica en Venezuela, agudizada por la llegada y el impacto de la covid-19, disparó la cifra del trabajo infantil en el país, de acuerdo con datos manejados por el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV). Uno de los estados en los que más se encrudece este flagelo es Nueva Esparta, en donde el nicho lo tiene la actividad pesquera.
Varios son los casos de niños, varones en este caso, que desde edades tempranas ya están dentro de la faena pesquera, mayormente con sus padres, debido a la crisis que atraviesa la nación y ante la desesperación de la ciudadanía de buscar un sustento cuantioso y estable.
Los riesgos en altamar y pagos pírricos son otros de los padecimientos a los que se someten los jóvenes al trabajar en la pesca. Sin embargo, la diáspora venezolana y la creciente cifra de personas de tercera edad que permanecen en Venezuela, ha obligado a que algunos chicos busquen sustento para ayudar a sus adultos mayores.
Otros, sin embargo, recurren a la autodidactía para no perder el hábito de estudiar, aunque les resulte difícil ir a los planteles, bien sea por la situación de su entorno familiar o por el deterioro de la infraestructura escolar en Nueva Esparta.
El llamado tanto de los medios como de los organismos civiles sigue siendo a visibilizar esta realidad y a trabajar en conjunto para darle un viraje, que devenga en disminuir la deserción escolar y el analfabetismo de las generaciones jóvenes.
Fuente: VPITV