Las aldeas de los municipios Antonio Rómulo Costa y Seboruco del estado Táchira fueron invadidas por la guerrilla colombiana; específicamente por el Ejército de Liberación Nacional (ELN). No solo se fueron posicionando desde hace unos años, tomando impulso desde la instalación del Protectorado, la figura ilegal que Nicolás Maduro inventó para darle cargo a Freddy Alirio Bernal Rosales, sino que ahora invaden fincas, expulsan a productores de la zona, ocupan sus tierras y captan a jóvenes para entrenarlos.
En los municipios de la zona norte del Táchira se sabe que a los muchachos reclutados por la guerrilla para entrenarlos, les pagan. Alexander, un joven tachirense le contó a Infobae que “es cierto, la paga es buena, pero la experiencia puede también ser aterradora. Apenas uno llega al campamento le mencionan con nombre y apellidos a nuestros padres, hermanos, hijos, novia, según sea el caso e inmediatamente advierten que deben mantener silencio de todo lo que vean, hagan u oigan en el campamento. Al más guapo le da miedo pensar que hasta tus viejos están en peligro por algo que uno diga o haga”.
“Para el entrenamiento se fija una acción, que consiste en que unos cinco hombres bien armados, toman una finca por 8 o 10 días. No maltratan a los propietarios, pero sí los obligan a colaborar para que les den toda información posible, aún la más mínima, sobre el sector, vías de acceso, propiedades de los dueños de las otras fincas, la ubicación y todo detalle que consideren relevante”, finaliza diciendo Alexander.
Fuente: Infobae