Una diadema negra desentona en un manto verde de vegetación en la Amazonia ecuatoriana. Es la mancha de petróleo que propulsó hacia el aire, como si fuera un pinchazo en una manguera gigante, la fuga del oleoducto OCP (Oleoducto de Crudos Pesados) que ha dejado sin agua ni alimentos en los últimos tres días a cientos de comunidades indígenas de la provincia de Napo, en Ecuador.
La gran tubería que lleva petróleo de exportación empezó a derramar crudo el viernes por la noche al abrirse una brecha en la tubería por la caída de una roca de dos metros en una jornada de fuertes lluvias. Ocurrió en un tramo que no estaba enterrado sino expuesto. El ministerio de Ambiente ecuatoriano dice que hay 21.000 metros cuadrados afectados, de los que 16.000 se encuentran en la zona protegida del Parque Nacional Cayambe-Coca.
La tarea de remediación por parte de la dirección de Oleoducto de Crudos Pesados ya ha comenzado. La empresa responsable asegura que ya ha retirado el petróleo que se pudo contener en piscinas creadas para retener la filtración, pero admite que algunas trazas de crudo llegaron al río Coca. Además, ha explicado que el sistema de detección automática identificó la rotura al instante y detuvo el bombeo de crudo, aunque se mantiene el sistema de recepción para garantizar el abastecimiento de hidrocarburos en el país y las exportaciones.
El derrame en la zona de Piedra Fina pone en riesgo un área natural ya deteriorada por un proceso de erosión regresiva del río Coca. El fuerte caudal del río amazónico ha comido terreno a las laderas y en 2020 esto provocó derrames de petróleo al romperse las tuberías del Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE), administrado por la empresa pública Petroecuador, y del mismo OCP.
Fuente: El País