El 23 de septiembre, el cardenal Baltazar Porras, en nombre de la archidiócesis de Caracas, anunció el fallecimiento del cardenal Jorge Urosa Savino, arzobispo emérito de Caracas, al que siguió una nota de la Conferencia Episcopal de Venezuela. La triste noticia afectó mucho al pueblo venezolano, ya que el Cardenal era muy querido y respetado no sólo en América Latina, donde era muy conocido. El 28 de agosto había cumplido 79 años en el hospital. Hacía más de un mes que se había infectado con el coronavirus, e inmediatamente la infección parecía muy agresiva. Hace una semana, la archidiócesis de Caracas publicó una reflexión, escrita por el cardenal Urosa a finales del pasado mes de agosto, en la que, entre otras cosas, afirmaba «Expreso mi gran afecto por el pueblo venezolano y mi absoluta dedicación a su libertad, a sus instituciones, a la defensa de los derechos de las personas frente a los abusos cometidos por los gobiernos nacionales. Y en esta actitud he actuado siempre, no por odio o resentimiento, sino por la defensa de la libertad, la justicia y los derechos del pueblo venezolano. Espero que Venezuela salga de esta situación tan negativa».
El cardenal Jorge Liberato Urosa Savino, arzobispo metropolitano emérito de Caracas, nació en la capital venezolana el 28 de agosto de 1942. Tras realizar sus estudios primarios y secundarios en el colegio «La Salle» de Tienda Honda, Caracas (1948-1959), estudió el trienio filosófico en el seminario interdiocesano de Caracas (1959-1962) y, para la teología, en el «St. Augustine’s Seminary» de Toronto, Canadá, (1962-1965). En Roma, en la Pontificia Universidad Gregoriana (1965-1971), obtuvo la licenciatura (1967) y el doctorado en teología (1971). Recibió la ordenación sacerdotal el 15 de agosto de 1967 y la episcopal el 22 de septiembre de 1982, siendo creado cardenal por Benedicto XVI en el Consistorio del 24 de marzo de 2006.
Fuente: Agencia Fides.