El presidente venezolano, Nicolás Maduro, ha anunciado dos semanas de lo que denominó “cuarentena radical”, dejando suspendidas las celebraciones de Semana Santa.
“Les anuncio que la Semana Santa de este año volverá a estar en cuarentena radical. Entonces vamos a tener catorce días, dos semanas de cuarentena radical ”, dijo el domingo, en referencia a un período que abarcará la festividad cristiana de Pascua. Alrededor del 88 por ciento de los 28,5 millones de habitantes de Venezuela son cristianos, la gran mayoría de los cuales son católicos.
Maduro había anunciado previamente que la Semana Santa sería flexible este año, pero adoptó un enfoque más estricto a medida que aumentan los casos de COVID en el país y en medio de amenazas de la variante del virus detectado en Brasil.
Venezuela, que ya estaba luchando con una infraestructura de atención médica inadecuada , así como con la escasez de medicamentos y alimentos antes de la pandemia, ha informado un número relativamente bajo del coronavirus, con 151,123 casos y 1,493 muertes confirmadas hasta la fecha.
Maduro ha culpado durante mucho tiempo de la terrible situación del país a las sanciones de Estados Unidos. Washington ha mantenido que las sanciones no afectan el suministro de medicamentos y alimentos.
Venezuela ha tenido problemas con el lanzamiento de su vacuna, que comenzó en febrero con el Sputnik V de Rusia y los golpes de Sinopharm de China.
Caracas también ha reservado entre 1,4 millones y 2,4 millones de dosis de AstraZeneca a través del plan COVAX de la Organización Mundial de la Salud. Sin embargo, la semana pasada, Maduro anunció que el país no usaría el inoculante AstraZeneca debido a preocupaciones de que la vacuna causara coágulos de sangre.
La semana pasada, varios países también detuvieron el uso de la vacuna, y muchos lo reanudaron después de que las autoridades sanitarias afirmaron que las dosis no representaban un riesgo significativo para la seguridad.
La oposición de Venezuela, que es reconocida por Estados Unidos como el gobierno legítimo, también ha solicitado permiso para usar fondos congelados en cuentas estadounidenses para pagar las vacunas contra el coronavirus.
En 2018, Washington congeló $ 342 millones en fondos del gobierno venezolano en cuentas estadounidenses como parte de las sanciones contra Maduro. Washington acusa a Maduro de manipular su reelección de 2018.
FUENTE : AL JAZEERA Y AGENCIAS DE NOTICIAS