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El día de ayer lunes, larguísimas filas de cubanos se dieron cita en la emblemática Plaza de la Revolución, en La Habana, para despedir al “comandante en jefe” Fidel Castro Ruz, cuyos restos estaban en el interior de la torre memorial José Martí.
Un contraste enorme con aquellas concentraciones en las que, ya por el aniversario del triunfo de la revuelta que tumbó a Batista, ya por el día de los trabajadores, ya por alguna agresión del imperialismo, el comandante Castro ocupaba horas enteras al micrófono.
Custodiada por miembros muy jóvenes del Batallón de Ceremonias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, la urna donde descansan las cenizas del líder cubano, enmarcada por flores blancas y las numerosas medallas obtenidas en el curso de sus 57 años al frente de los destinos de la isla caribeña, vio pasar ancianos, mujeres, niños. Muchos de ellos llorando.
La incertidumbre en la que queda Cuba ya sin Fidel es algo para lo que no estaban preparados ni los ciudadanos ni, por supuesto, los políticos. La mayor crítica que le hacen sus aliados es que Fidel no supo retirarse a tiempo.
Las amenazas de terminar el acuerdo con Estados Unidos
Incertidumbre que aumenta con el tuit que ayer mandó el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, en el que dijo, a la letra: “Si Cuba no está dispuesta a hacer un mejor acuerdo para el pueblo cubano, para los cubano-estadounidenses y para Estados Unidos como un todo, entonces terminaré el trato”.
Trump amenazó con poner fin a las medidas ejecutivas propuestas por el presidente Barack Obama junto con Raúl Castro –por la mediación del papa Francisco— para normalizar las relaciones diplomáticas y, más tarde, las relaciones comerciales, entre Estados Unidos y Cuba.
Curiosamente, la muerte de Fidel Castro coincidió con la llegada al aeropuerto internacional José Martí de La Habana del primer vuelo comercial de una aerolínea estadounidense (American Airlines) procedente de Miami. Y al poco tiempo arribó también otro vuelo regular desde Nueva York de la aerolínea Jet Blue.
Los vuelos estaban suspendidos desde 1961, cuando el presidente John F. Kennedy inició el embargo comercial en contra del régimen de Castro.
Novenario laico
Cuba vive el novenario laico –nueve días de luto nacional decretados por el Consejo de Estado de la República—para reflexionar y tratar de minimizar el golpe que ha supuesto, sobre todo para el Partido Comunista Cubano, su muerte.
Desde el pasado sábado hasta el domingo 4 de diciembre, los cubanos podrán despedir a quien los gobernó, con mano de hierro, más de cuatro décadas.
Tras concluir hoy 29 de noviembre la visita popular en el Memorial José Martí, las cenizas de Castro recorrerán la llamada “Ruta de la Libertad”, que recuerda la ruta de los guerrilleros hasta Santiago de Cuba. Ahí, el 3 de diciembre habrá otra despedida popular y sus restos descansarán en el cementerio de Santa Ifigenia, ahí mismo, en Santiago de Cuba.
Cabe señalar que el cementerio Santa Ifigenia, además de guardar los restos del héroe nacional cubano José Martí, es el más antiguo de esta nación y constituye escala obligada para centenares de viajeros del mundo. Ahora serán más, por pro y contra de quien en vida se llamó Fidel Alejandro Castro Ruz.
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