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Desde la Red de Apoyo por la Justicia y la Paz piden a los vecinos de Barlovento que venzan el miedo y que denuncien para saber a ciencia cierta cuántos jóvenes fueron detenidos arbitrariamente y desaparecidos.
Caracas. “A mi hermano se lo llevaron el día 16 [de octubre], junto con más de 12 muchachos, pero a algunos los fueron soltando mientras que a otros no”. Aseguró conteniendo las lágrimas, Kelly Mejías, mientras esperaba a que en la Medicatura Forense le dieran los restos de su hermano, Yorman Mejías, uno de los 12 jóvenes que entre el 16 y 19 de octubre fueron aprehendidos por efectivos del Ejército en Barlovento (Miranda) y cuyos cadáveres fueron hallados entre el viernes y sábado pasado.
Desde la Red de Apoyo por la Justicia y la Paz no descartan que haya más jóvenes desaparecidos y por ello instaron a sus seres queridos a formular las respectivas denuncias. “La información que tenemos es que 20 fueron los detenidos, pero no sabemos si ya están en sus casas o no, por ello le pedimos a sus familiares que superen el miedo y denuncien, pues todo el mundo tiene derecho a saber qué le pasó a sus seres queridos”, agregó Laura Roldán, vocera de la organización que viene asesorando a los familiares de las víctimas.
La activista informó que el pasado 21 de octubre tuvieron conocimiento de militares que estaban realizando detenciones en la región de Barlovento desde el día 8 para combatir a bandas organizadas que actúan en la zona, pero ya las primeras noticias les dieron motivos para preocuparse.
“A varios de los muchachos los detuvieron en sus casas o en las inmediaciones de sus casas sin mostrar ninguna orden judicial”, denunció, al tiempo que agregó: “Durante unos días los tuvieron en el puesto de El Café, donde sus familiares pudieron entregarles comida y ropa, pero después les dijeron que se los llevaron a Caucaguita y cuando fueron allá a buscarlos, les dijeron que allí no había nadie. En ese momento comenzó el calvario”.
Roldán reveló que las familias no perdieron la esperanza de ver a sus seres queridos hasta el último momento. “Ellos me decían: ‘Laura seguramente los golpearon mucho y están esperando a que los moretones se les vayan para liberarlos’. Por sus mentes jamás pasó la posibilidad de que los hubieran matado”, expresó.
Hasta ahora los motivos por los cuáles los uniformados detuvieron, desaparecieron y asesinaron a los hombres se desconocen. Ninguno de ellos presentaba antecedentes ni estaba solicitado por ninguna Fiscalía o tribunal.
¿Caso aislado?
Pese a que el Ministerio de la Defensa calificó de “hecho aislado” lo ocurrido en Barlovento, la realidad se empecina en contradecirlo. Horas después de notificar la detención de 11 militares por la desaparición y asesinato de los 12 jóvenes mirandinos, el Ministerio Público (MP) anunció que cinco agentes del Comando Nacional Antiextorsión y Secuestro de la Guardia Nacional fueron detenidos como presuntos responsables de la muerte de nueve hombres más el pasado 11 de noviembre en Cariaco (Sucre).
Los uniformados, teniente Aldo Rafael Del Naza y los sargentos César Rafael Fuentes, Anthony José Ramos, Moisés Fernando Zamora y Robert Antonio Bastidor; fueron acusados del homicidio de los hermanos Carlos y Luis Cabello y de robar a Luis, Jackson, Javier, Jesús y Luis José Rodríguez, además de Eduardo Vallejo y Miguel Acosta.
Roldán, sin embargo, no cree que se pueda hablar de casos aislados. “No basta con una sentencia, con un reconocimiento de la culpa por parte de las autoridades sino que se requiere de una transformación del cuerpo responsable”, estimó, esgrimiendo su parecer de que “los militares no están preparados para realizar labores de seguridad ciudadana”.
Las cifras del MP respaldan a la activista. Entre 2011 y 2016, el despacho dirigido por Luisa Ortega Díaz acusó a 1.775 funcionarios civiles y militares por estar presuntamente implicados en violaciones a los Derechos Humanos. De este número, 786 fueron acusados por homicidios y 989 por tortura, trato cruel e inhumanos, informó la vicefiscal Alix Boscán a principios de este mes al Consejo de DDHH de Naciones Unidas.
Foto referencial: Mariana Mendoza
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