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El presente escrito va dirigido a todos aquellos que son tontos útiles del capitalismo, a quienes se prestan a repetir los dogmas de los clásicos para humillar la conciencia humana, el talento de los pueblos, a quienes ha domesticado el Capital, y también a los defensores de los neoclásicos de la economía del capitalismo, hijos bastardos de la teoría de la economía vulgar capitalista, inclusive a los marxianos. Comencemos por saber quién es El Instituto Mises, como instituto de economía política, centro del pensamiento austriaco, fue creado en honor al «economista austríaco, Ludwig Heinrich Edler von Mises de origen judío, que nació el 29 de septiembre de 1881 y murió en Nueva York, 10 de octubre de 1973, historiador, filósofo y escritor liberal que tuvo una influencia significativa en el moderno movimiento libertario en pro del mercado libre y en la Escuela Austríaca«(1). A continuación analicemos un conjunto de ideas desde este enfoque, del instituto Mises representadas por el señor Edgar Vargas, de fecha 29 de enero del 2015.
Primer error del anti marxismo; creer que el anacrónico liberalismo ha desaparecido
Primero hagamos una diferencia de principio, no es lo mismo liberalísmo que neoliberalismo, el primero es una filosofía política, económica y social, que defiende la libertad individual, la iniciativa privada y limita la intervención del Estado y de los poderes públicos en la vida social, económica y cultural (2)., la historia de esta doctrina nace «a partir de la Revolución francesa y continuó después del final de la Guerra Fría. El liberalismo comenzó como una doctrina general y un esfuerzo político en respuesta a las guerras religiosas establecidas en Europa durante los siglos XVI y XVII, aunque el contexto histórico de la ascendencia del liberalismo se remonta a la Edad Media. Los fundamentos intelectuales del liberalismo fueron establecidos por John Locke, con lo cual apuntó a un mayor impulso de la Ilustración, que cuestionaba las viejas tradiciones de las sociedades y los gobiernos, en el siglo XVII. Estas nuevas tendencias se unieron finalmente en poderosos movimientos revolucionarios que derrocaron regímenes arcaicos en todo el mundo, especialmente en Europa, América Latina y América del Norte» (3).
Asimismo; «El liberalismo clásico o primer liberalismo es un concepto usado para englobar las ideas políticas que suceden durante los siglos XVII y XVIII, contrarias al poder absoluto del Estado y su intervención en asuntos civiles, la autoridad excluyente de las iglesias, y cualquier privilegio político y social, con el objetivo de que el individuo pueda desarrollar sus capacidades individuales y su libertad en el ámbito político, religioso y económico. Los liberales clásicos se centran en las posturas más tradicionales del liberalismo. El liberalismo clásico de Montesquieu y John Locke influyó significativamente tanto en la Revolución gloriosa del Reino Unido como en la Independencia de los Estados Unidos y en los movimientos de los Girondinos en la Revolución Francesa (4).
Por el contrario; el neoliberalismo, es más reciente, constituyen una prolongación del anterior, una revisión de sus principios, en particular el surgimiento del Estado-nación, la no injerencia del Estado en la economía, la regulación jurídica de la economía, el estado de derecho con poderes limitados, mejor dicho, la revisión idealmente del liberalismo que «tendría que reducir las funciones del gobierno a seguridad, justicia y obras públicas— y sometido a una constitución, lo que permitió el surgimiento de la democracia liberal durante el siglo XVIII, todavía vigente hoy en muchas naciones actuales, especialmente en las de Occidente«, el neoliberalismo o también llamado «nuevo liberalismo o liberalismo tecnocrático– es la corriente económica y política capitalista, inspirada y responsable del resurgimiento de las ideas asociadas al liberalismo clásico o primer liberalismo desde las décadas de 1970 y 1980″ (5).
«El neoliberalismo con las variantes por las que en la actualidad se le reconoce tiene su origen en la llamada sociedad Mont Pélerin formada en Suiza a fines de los años 40. En ella se reunían algunos de sus principales pensadores, entre los que destaca Friedrich Hayek. Su objetivo fundamental era «reducir la intervención estatal en el control de la economía» —tanto de corte socialista como capitalista keynesiana—, «frenar el poder económico y político del sindicalismo», y reemplazar el imaginario colaborativo y de comunidad por uno individualista y de competencia. (6).
Finalmente; «En la década de 1960, el uso del término disminuyó en gran medida. El término se introdujo de nuevo en la década de 1980, debido a las reformas económicas realizadas en Chile durante la dictadura de Augusto Pinochet y que fueron impulsadas y supervisadas por economistas de la llamada Escuela de Chicago, los Chicago Boys. A partir de aquí, el término empezó a adoptar connotaciones peyorativas y a ser empleado por los críticos de estas reformas, al tiempo que el neoliberalismo pasó de defender una postura liberal moderada a una más radical que incluía la defensa a ultranza del laissez-faire y el capitalismo en general. El término es a menudo asociado a los trabajos de los economistas liberales Friedrich Hayek y Milton Friedman.6 También representa y se asocia al conjunto de políticas económicas introducidas por Margaret Thatcher en el Reino Unido y Ronald Reagan en los Estados Unidos.1 Una vez que se estableció el nuevo significado del término entre los estudiosos de habla hispana, pronto empezó a ser habitual en los estudios económicos de autores anglosajones (6).
En la actualidad el término mantiene sus connotaciones negativas y es utilizado por sus críticos como una condena general al liberalismo económico y sus políticas, esto es, la privatización de empresas estatales y la apertura y desregularización de los mercados.4 6 La adopción de las políticas neoliberales y la aceptación de su teoría económica desde la década de 1970 por la mayoría de los países desarrollados se ven como la causa del hundimiento del sistema financiero internacional del año 2007 y 2008 que más tarde se manifestó en la llamada Gran Recesión (7).
Es bueno aclarar los términos, para saber de qué estamos hablando, puesto que Vargas considera que «los marxistas modernos llaman ‘‘neoliberalismo’’ es en realidad un fantasma ideológico, lo más apropiado sería llamarlo ‘‘neo mercantilismo’’ ya que se trata del resurgimiento del vetusto mercantilismo de los siglos XVI al XVIII, es decir de políticas intervencionistas del Estado sobre la economía con la creación de monopolios privilegiados, una política de subsidios selectivos y control de la emisión u oferta de la moneda (inflación) mecanismo perverso curiosamente adoptado tanto por marxistas como social-demócratas, así que de liberalismo o capitalista laissez faire absolutamente nada» (8).
Así que no identificamos el Neoliberalísmo con «neo mercantilismo», menos con el capitalismo monopolista de Estado, el neoliberalismo pretende abolir el estado-nación, desregular la economía, transnacionalizar la economía, privatizarla, privilegiando eso si, los monopolios privados, eliminar los subsidios, restricción del gasto público y social, mejor dicho restricción del circulante, restringiendo la oferta del dinero, la deuda pública, mecanismo perverso que utiliza muy bien los Estados Unidos, España dando lecciones de economía monetaria neoclásica cuando ellos ni siquiera se atreven a practicar dando el ejemplo. Así pues aquí está su primer error, el pretender que los marxistas no diferenciamos entre Liberalísmo y Neoliberalísmo, menos creer que se trata de un fantasma en el siglo XXI, cuando hemos sido testigo de cómo cínicamente nos dan lecciones y aplican salvataje en sus economías, concretamente los Estados Unidos a la banca, es decir que resulta perverso, criticar al Estado de ineficiente cuando los capitalistas se ven salvados de la quiebra mediante el monopolio del Estado.
Que no sea esto capitalismo, claro está según la doctrina del neoliberalismo, pero cabe dentro de la teoría liberal, el de la regulación jurídica del estado, por supuesto no es capitalismo puro, pero nunca lo ha existido, menos la invisibilidad de la mano del mercado, sabemos que la mano invisible es el estado que los protege, les otorga privilegios, estímulos, privilegios, tales como, 1.- Ganancias privadas y pérdidas socializadas (financiadas por el contribuyente), 2.- Complicidades políticas (lobbies) para destruir la competencia del mercado por medio de la violencia legal con el objeto de posicionarse como monopolios coactivos» (9). Para los neoliberales neoclásicos de la economía, el papel del estado en la economía implica reconocer la influencia perversa del Estado y reducirla: reducir progresivamente las cargas fiscales, eliminar controles y trabas a la libre empresarialidad». (10). Para Vargas, el capitalismo significa asumir tus propias ganancias, pero también las pérdidas sin subsidios ni prebendas estatales de ningún tipo.
Todo lo contrario a Venezuela, donde el capitalismo de Estado sembró la cultura del rentísmo petrolero, la del capitalismo rentista petrolero, donde los empresarios se sirven de las divisas, para aumentar las ganancia, incluso del mecanismo de la devaluación para obtener superganancias, de la inflación, de la escasez y la especulación programada, bajo los supuestos de «la libre empresarialidad», de la autonomía de la propiedad privada, valiéndose de las prebendas del estado, incluso del Estado con vocación socialista, bajo su amparo, mediante clientelismo y corrupción de los funcionarios públicos.
Sigamos el conjunto de ideas falsificadas sobre los marxistas que defiende el señor Vargas, puesto que el cree que los marxistas le lavaron el cerebro con «el populismo», con el humanismo del marxismo y su política social, y que por tanto ha llegado a la conclusión racional de renunciar al marxismo, por sus supuestos dogmas, de una «una serie de razonamientos falaces que sirven de base en su discurso», (11). Comencemos analizar esas supuestas «falacias», que dice el autor, ya que según Vargas, «la mejor forma para dejar de ser marxista es entendiendo como funciona la economía» (12), al parecer ni ha entendido el marxismo y menos la economía política marxista, que no es simplemente «economía», puesto que es la economía de la lucha de clases sociales.
Fuentes consultadas:
1.- https://es.wikipedia.org/wiki/Discusi%C3%B3n:Ludwig_von_Mises. (Consultado el día, 19/11/2016)
2.- https://es.wikipedia.org/wiki/Discusi%C3%B3n:Liberalismo. (Consultado el día, 19/11/2016)
3.-idem.
4.-idem.
5.- https://es.wikipedia.org/wiki/Discusi%C3%B3n:Neoliberalismo. (Consultado el día, 19/11/2016)
6.-Idem.
7.-idem.
8.- Vargas, Edgar «Los 5 errores fundamentales del marxismo», 29/01/2015.
9.-El liberalismo., Ob. Cit.
10.-Idem.
11.-Vargas, Edgar., Ob Cit.
12.-Idem.
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Fuente