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Los estudiantes siempre han jugado un papel fundamental en la historia contemporánea de Venezuela, y en medio del escenario político que vivimos hoy en día– indica Luis Briceño, politólogo y estudioso de participación juvenil en la política.
Desde la Batalla de la Victoria con José Félix Rivas en 1814 donde participaron más de 800 estudiantes, y el movimiento de la generación del 28, hasta los sucesos ocurridos en febrero del año 2014 con la convocatoria de manifestaciones realizada por el líder opositor Leopoldo López, la juventud estudiantil venezolana es, en efecto, una de las protagonistas en la historia del país.
Sin embargo, la actuación de este sector en el plano político queda en un segundo plano, en medio de la polémica de las mesas de diálogo sostenidas por el Gobierno nacional y la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) convocadas por el Vaticano, en busca de proponer soluciones a la crisis que atraviesa Venezuela.
La crisis universitaria no ha sido incluida como tema de discusión en las negociaciones, y la MUD se desligó de las protestas convocadas hacia el Palacio de Miraflores el pasado 3 de noviembre, que algunas federaciones estudiantiles mantuvieron en pie.
–Pareciera que el diálogo no se ve encaminado a mejorar la crisis universitaria; no están tomando en cuenta a los estudiantes que quieren una nueva nación; con la situación actual, están entrando a un sistema viciado y corrupto que de alguna manera no les permitirá desarrollar sus metas– destaca Briceño.
Los centros universitarios alrededor del país manifiestan frente a los medios su desconfianza hacia las negociaciones entre Gobierno y oposición, su latente presencia en las calles hace caso omiso a la retirada de la MUD.
Para ellos, lo más importante a discutir es la apertura de canales humanitarios, la salida electoral de la crisis, la liberación de los estudiantes detenidos y la solución a la crisis universitaria.
El presidente de la Federación de Centros Estudiantiles (FCU) de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Hasler Iglesias, destacó en una entrevista con Unión Radio, que el Gobierno nacional no ha cumplido sus compromisos tras las sesiones –¿A cuántos presos políticos han liberado?– se preguntó. Además, criticó que no hay iniciativas en la apertura del canal humanitario. –Han pasado dos semanas desde que se anunciaron unos acuerdos (…) ni siquiera han garantizado lo que, con el Vaticano en la mesa, se comprometieron a dar–.
Daniel Ascanio, presidente de la FCU de la Universidad Simón Bolívar (USB), concordó con la postura de Iglesias y agregó en cuanto a la retirada de la MUD de las manifestaciones, que las convocatorias son dirigidas a la sociedad civil, pues para el movimiento, la “lucha en las calles” corresponde a todos
. –Al hacer la convocatoria, no pretendemos que la MUD esté siempre con nosotros porque el movimiento estudiantil maneja una agenda autónoma y el llamado es a la sociedad civil. Mucha juventud de los partidos nos ha acompañado en las movilizaciones, pero el hecho de que ellos vayan con nosotros o no, no afecta directamente a nuestra organización para lograr el cambio que los venezolanos queremos–, afirma, en una entrevista telefónica con Versión Final.
Invitación no aceptada
El presidente Nicolás Maduro invitó a los estudiantes universitarios no afectos al Gobierno a debatir temas sobre la educación gratuita y de calidad. Propuso abordar asuntos como “el abandono de la agenda golpista por sectores de la derecha estudiantil y la necesidad de realizar una agenda que acabe con el odio que hay en las universidades autónomas contra los estudiantes oficialistas”, según un reporte de El Nacional.
Sobre esto, Ascanio negó posibilidades de negociación entre centros universitarios y Gobierno nacional si no se dan los escenarios “de una negociación sincera” y “sin pretensiones”.
–Nuestra posición es muy clara. La única forma de que los estudiantes participemos en un diálogo con el Gobierno es que ellos cumplan. La crisis humanitaria debe atenderse, así como la crisis universitaria que hoy se presenta en nuestras casas de estudio, sin eso ni la libertad de los compañeros que fueron detenidos en el 2014, no estamos dispuestos a sentarnos en un dialogo que no será sincero–, sentenció.
Jóvenes fuera de la mesa
La “generación boba”, como llamó Edmundo Chirinos en los años 80 a un grupo estudiantil que crecía lejos de la lucha política como en décadas anteriores, quedó atrás. –Hoy en día, los estudiantes siguen teniendo ese compromiso histórico de asumir una postura en contra de lo establecido y del sistema que ha imperado durante tanto tiempo. Un estudiante con criterio y conocimiento tiene una vinculación importante en la situación país–, expresa Briceño.
Sin embargo, el sociólogo Énder Arenas destaca que si bien es cierto que una buena parte de las dictaduras que existieron en el país a lo largo de la historia fueron derrumbadas por el movimiento estudiantil, algunos sectores de la sociedad venezolana exigen a la mesa de diálogo acciones que la misma no puede brindar.
–Creo que el movimiento estudiantil y los sectores radicales deben hacer política y tener presencia en la calle, pero no deben bombardear ni jugar el papel de francotiradores a la mesa de diálogo. Los estudiantes tienen un papel que cumplir. Lo han cumplido a través de la historia, su presencia en la calle es fundamental, pero estos procesos se acaban si unes el diálogo con la calle. Hasta ahora, creo que la agenda aplicada es acertada–.
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