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El papa Francisco animó a los científicos que trabajan libres “de intereses políticos, económicos o ideológicos” a seguir en la tarea de “construir un modelo cultural para hacer frente a la crisis del cambio climático”.
Lo hizo este lunes 28 de noviembre en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico del Vaticano durante la audiencia en la que recibió a 60 científicos que participan en el Vaticano en la conferencia sobre el tema Ciencia y Sostenibilidad. Impacto de los conocimientos científicos y de la tecnología sobre la sociedad humana y sobre su medio ambiente.
Francisco denunció la “la débil reacción de la política internacional” y su desatención a la voz de la ciencia que indica a la crisis de nuestro planeta. Igualmente, el “sometimiento” de la política a la tecnología y las finanzas.
Entre los participantes en la asamblea plenaria organizada por la Academia Pontificia de las Ciencias, que tiene lugar en la Casina Pío IV del 25 al 29 de noviembre, se cuentan el astrofísico británico Stephen Hawking y el físico nuclear Antonio Zichichi.
La misión de la ciencia – evidenció el Obispo de Roma– es ponerse al servicio de un nuevo equilibrio ecológico global más allá de la lógica de las ganancias y de las continuas guerras de dominación contra el medio ambiente y los pueblos.
Además, manifestó su alegría por que los científicos sientan “solidaridad” que los une a la “humanidad” en el signo “de esta preocupación por la madre tierra”.
Y apreció este compromiso “orientado a la promoción del desarrollo humano integral, la paz, la justicia, la dignidad y la libertad humana”.
En la sesión plenaria destacó los temas que discuten los estudiosos sobre ciencia y la sostenibilidad en el Vaticano: “la gran novedad de la cosmología”, las “fuentes de energía renovables”, “la seguridad alimentaria” y “el poder y los límites de la inteligencia artificial”, entre otros.
El Papa reiteró que no estamos “autorizados a saquear sin ninguna consideración” la Casa Común, “produciendo, entre otras cosas, una grave pérdida de la biodiversidad”.
De hecho, “no somos los guardianes de un museo y de sus obras maestras que debemos espolvorear cada mañana, sino los colaboradores de la conservación y del desarrollo de los seres y de la biodiversidad del planeta y de la vida humana presente en este mismo”, destacó.
“La conversión ecológica capaz de apoyar el desarrollo sostenible incluye inseparablemente tanto la plena asunción de la responsabilidad humana respecto a la creación y sus recursos como la búsqueda de la justicia social y la superación de un sistema injusto que produce miseria, desigualdad y exclusión”, añadió.
En resumen, el Papa dijo que espera que los científicos, que trabajan libres de “intereses políticos, económicos o ideológicos”, construyan ese “modelo cultural para hacer frente a la crisis del cambio climático y de sus consecuencias sociales, para que las enormes potencialidades productivas no sólo estén reservadas a unos pocos”.
“La comunidad científica, a través de un diálogo interdisciplinario en su interior, ha podido estudiar y demostrar la crisis de nuestro planeta, por lo que hoy está llamada a constituir un liderazgo que indique soluciones en general y en particular sobre los temas que se abordan en su plenaria: el agua, la energía renovable y la seguridad alimentaria”, dijo el Papa.
Francisco, quien escribió la primera encíclica social sobre la protección de la Casa Común, explicó que es esencial “asegurar la protección de los ecosistemas antes de que las nuevas formas de poder derivadas del paradigma tecno-económico produzcan daños irreversibles no sólo al medio ambiente sino también a la convivencia, la democracia, la justicia y la libertad”.
Por otro lado, lamentó “la débil reacción de la política internacional -aunque hay notables excepciones- sobre el deseo concreto para buscar el bien común y los bienes universales, y la facilidad con la que son desatendidos los esenciales consejos de la ciencia sobre la situación del planeta”.
Asimismo, arremetió contra el “sometimiento de la política a la tecnología y las finanzas, que buscan principalmente ganancias”, algo evidente en la “distracción” o por el retraso en la aplicación de los acuerdos mundiales sobre el medio ambiente, además de en las continuas guerras de dominación enmascaradas por reivindicaciones nobles, que causan daños más graves al medio ambiente y a la riqueza moral y cultural de los pueblos”.
Sin embargo, el papa Francisco invitó a no perder la esperanza: “tratemos de aprovechar el tiempo que el Señor nos da”. “También hay muchos signos alentadores de una humanidad que quiere reaccionar, elegir el bien común, regenerarse con responsabilidad y solidaridad”, constató.
“Junto a los valores morales, el proyecto de desarrollo sostenible e integral está en condiciones de dar a todos los científicos, especialmente los creyentes, un fuerte impulso de investigación”, concluyó.
Antes del discurso del Papa, Werner Arber, biólogo suizo, ganador del Premio Nobel de medicina en 1978, dirigió un saludo a Francisco en nombre de los científicos participantes en la Plenaria sobre Ciencia y Sostenibilidad.
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