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“La mía había sido una simple intuición cuando expresé el deseo de un Jubileo de la Misericordia; en cambio, jamás habría pensado que el Señor hiciera que se convirtiera en una realidad y que, sobre todo, se pudiera celebrar con tanta fe y alegría en las comunidades cristianas esparcidas por el mundo”, dijo el papa Francisco este lunes 28 de noviembre en la Sala Clementina del Palacio Apostólico del Vaticano.
Ante cerca de cuatrocientos voluntarios y colaboradores del Jubileo Extraordinario, el Pontífice manifestó su alegría por la labor cumplida, y dirigió un saludo al arzobispo Rino Fisichella, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización.
Además, recordó que fue un año “denso de iniciativas en toda la Iglesia”, donde se han podido ver y tocar con las manos los frutos de la misericordia de Dios.
Igualmente, en la cuenta de Twitter del Papa este lunes se lee: “La misericordia no es un paréntesis en la vida de la Iglesia, sino que constituye su misma existencia y hace tangible el Evangelio“.
En Roma, casi 21.292.926 peregrinos atravesaron la Puerta Santa, flujo que fue gestionado por varios grupos de voluntarios de diversos países. Francisco tuvo palabras de agradecimiento para las autoridades, civiles y religiosas.
Jubileo descentralizado, universal
“La Puerta de la Misericordia, abierta en todas las catedrales y en los santuarios, ha permitido que los fieles no encontraran ningún obstáculo para experimentar el amor de Dios. Sucedió algo verdaderamente extraordinario que ahora requiere que se inserte en la vida cotidiana para hacer que la misericordia se vuelva un compromiso y un estilo de vida permanente para los fieles”.
El Obispo de Roma agradeció al Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización por la organización jubilar, además del trabajo silencioso y constante de los numerosos voluntarios alejados de las luces para que fuera un verdadero evento de gracia.
“Si quieres obtener misericordia, tú mismo debes ser misericordioso”, dijo el papa Francisco al recordar las palabras de san Agustín.
El Jubileo que concluyó el pasado 20 de noviembre fue descentralizado por el papa Francisco, es decir que por primera vez en la historia, tenía un carácter universal. En todo el mundo se abrieron las Puertas de la Misericordia como signo del amor de Dios sin fronteras.
Por su parte, según Fisichella, organizador del Jubileo, “en los países en los que el catolicismo está más profundamente arraigado, el porcentaje de los fieles que atravesaron la puerta santa superó el 80% del número total de católicos”.
A nivel global, “se pudo estimar una participación promedio de entre el 56% y el 62% de la población católica en conjunto”, es decir “entre 700 y 850 millones de fieles que atravesaron” alguna de las puertas santas de todo el mundo.
A este dato también habría que sumar, explicó, “los fieles que atravesaron las Puertas de la Misericordia, abiertas en los santuarios y en los lugares de peregrinaje de todo el mundo”.
“La suma de estos datos, por lo tanto, lleva a un resultado de más de 900 millones de fieles en conjunto que atravesaron la Puerta Santa en todo el mundo”, expresó Fisichella el 22 de noviembre.
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