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Nuestra sociedad vive bajo el peso de una acumulación de crisis irresueltas, que se manifiestan en todos los ámbitos. De la natalidad, a la destrucción de la alta cultura, las humanidades, y la gran crisis educativa. De la injusticia social manifiesta que causa estragos, a la insolidaridad entre generaciones. Hay una crisis institucional y política que hace ineficaces las instituciones y genera desconfianza en las personas, a la vez que nuevas leyes y la cultura oficial promueven una gran ruptura antropológica. Es evidente el riesgo de destrucción de la Unión Europea. En este contexto, Catalunya empeora su situación social y económica desde hace una década.
En la raíz de todo ello hay una crisis moral y ética; de valores y virtudes compartidos. A ella no es ajeno el hecho que el cristianismo se ha convertido en algo marginal políticamente y cultural, sin capacidad para incidir en las ideas que nos gobiernan. Sufre además una exclusión religiosa que se hace patente en el debate público. En el se puede razonar desde todo tipo de creencias excepto desde la cultura cristiana. Es una realidad asumida pasivamente a pesar de la gravedad de sus consecuencias.
Al mismo tiempo, hay muchos signos de esperanza y redireccionamiento que darán su fruto con abundancia y que propician un nuevo Impulso Cristiano para dar respuesta a las crisis acumuladas.
Cuatro debilidades deben ser prioritariamente abordadas: (1) La disminución de los cristianos en la sociedad. (2) El silencio, la ausencia de su voz en la vida pública. (3) La crisis de familia raíz de muchas otras crisis. (4) Hacer presente como eficaz testimonio cristiano que otra política es posible a partir de la doctrina social de la Iglesia.
CUATRO DEBILIDADES A SUPERAR POR MEDIO DE CUATRO EJES DE ACCIÓN
1. Eje Promover el despertar de los cristianos
El cambio positivo más importante para nuestra Iglesia y para la transformación de la sociedad, dotándola de capacidad para afrontar sus crisis acumuladas y crecientes es el regreso de los bautizados. De aquellas personas que, habiendo recibido el sacramento fundamento de toda la vida cristiana, que nos libera del pecado y nos hace hijos de Dios en Cristo, viven alejados, poco o mucho, de la práctica de la fe. Son todos aquellos, la mayoría de la sociedad, que en las encuestas se declaran “católicos no practicantes”.
Promover su regreso en el mayor número posible, su concienciación a partir del motor y significado de su bautismo, es, sobre todo en nuestro país; de hecho toda Europa, una gran acción que pide más que buena voluntad. Requiere todo un planteamiento nuevo que en las condiciones actuales mueva al interés y genere motivación. Es una tarea que ya hacen comunidades, grupos, movimientos, metodologías y experiencias de fe específicas, y que es necesario que crezcan y se multipliquen. Es evidentemente una tarea central para la Iglesia, claramente definida en sus perfiles actuales en la Nueva Evangelización, y sobre la que manifestamos la más total disponibilidad de acuerdo con las indicaciones de nuestros obispos.
Específicamente y como tarea propia, Impulso Cristiano actúa de acuerdo con dos grandes ejes de actuación, que queremos sean en todo momento subsidiarios de los criterios eclesiales, y al servicio de sus prácticas:
(1) El desarrollo de campañas de comunicación y motivación de alta calidad profesional, especialmente por medio de Internet, combinada con otros medios. (2) Propiciar un Proyecto Cultural para la sociedad que genere un entorno propicio al regreso de los bautizados.
2. Eje Impulso a la participación.
Dirigido a promover el uso sistemático de los instrumentos de participación disponibles en todos los ámbitos locales, autonómicos y estatales, como una forma organizada e intergrupos políticos de construir estados de opinión, e incidir sobre las instituciones públicas.
3. Eje Impulso Familia.
Para construir un marco que facilite a las familias cumplir con sus funciones valiosas socialmente insustituibles, de las que dependen a largo plazo la prosperidad y el bienestar. Si la gran mayoría de familias funcionan bien, una sociedad también funciona bien. Para cumplir con este objetivo desarrollan dos tipos de medidas. Unas son actuaciones directas para ayudar en aspectos concretos a las familias. Otra, el impulso institucional para procurar la adopción de políticas públicas favorables.
4. Eje Red Ética del Bien Común.
Estamos iniciando una nueva época en el ámbito político y de las instituciones caracterizada por la debilidad y crisis de la democracia representativa, en la que el estado muestra sus limitaciones. Se trata de una crisis generalizada de confianza, con lo que significa de destrucción del capital social. El futuro es percibido con temor, o desconfianza. Como decía Paul Valery “el futuro ya no es lo que era”. Todo ello es muy grave, pero no parece que los partidos, viejos y nuevos, estén capacitados para aportar las respuestas necesarias, para regenerar la política.
Es necesario un impulso externo a la lógica de la partitocracia, una red ética para construir el bien común. Para :
- Promover y aplicar una nueva gobernanza basada en la participación y responsabilización, la ética de la virtud, las sinergias y la cooperación, la relación entre derechos y deberes.
- Que ponga en juego las capacidades de los ciudadanos y de sus instituciones, entre las que la familia ocupa un lugar de importancia decisiva, así como las entidades más sólidas de la sociedad.
- Que aporta un enfoque de la práctica política basada en coaliciones promotoras del bien común, formada por una red transversal de gobernantes desde la escala local, parlamentarios y concejales, políticos, acompañada de empresarios, académicos, periodistas, expertos, trabajadores de la cultura y de las instituciones sociales.
- Una red actúa de acuerdo con criterios éticos, técnicos, y de oportunidad política (una buena decisión política no dependen sólo del contenido, sino del momento y la circunstancia).
- Para generar oportunidades, dotar de capacidades, que permitan empoderar realmente a las personas y resolver mejor los problemas, abordar mejor los retos, aprovechar mejor las oportunidades.
- Una red que no impone ni decide por cada uno de sus miembros, sino que informa, aporta documentación, análisis, formación continuada, iniciativas y propuestas sobre políticas públicas sobre el bien común inspiradas en la doctrina social de la iglesia, y sus mejores aplicaciones prácticas.
- Que acompaña, asesora cuando se necesita para conseguir que cada uno realice su servicio en las mejores condiciones posibles.
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