[ad_1]
La corrección a la baja desde un rango de 2 a 3 % se debe sobre todo a “las perspectivas de un crecimiento más lento en la producción industrial en Estados Unidos”, lo que tendrá un impacto sobre la producción en México, afirmó al presentar los resultados del balance financiero del tercer trimestre de este año.
Para el cierre de 2016, la institución estrechó el intervalo de crecimiento del producto interno bruto (PIB) de 1,7 a 2,5 % a uno de 1,8 y 2,3 %.
Para 2018, el banco central pronosticó por primera vez el crecimiento del PIB, al situarlo en un rango de entre 2,2 % y 3,2 %, señaló Carstens.
Estas previsiones no incorporan “de lleno lo que podría ser la nueva Administración de Estados Unidos ni la posible respuesta de nuestras autoridades, simplemente porque las ignoramos y la realidad es que no tenemos todavía la claridad suficiente para poderlas mapear a un pronóstico”.
Entre los riesgos a la baja, mencionó la posibilidad de “que se acentúe la desaceleración del crecimiento mundial y, en particular, de la actividad industrial en Estados Unidos”.
Tampoco hay que descartar que “el entorno internacional, sobre todo en la parte financiera, se deteriore aún más y eso torne más astringentes las condiciones de financiamiento que pueden afectar la inversión y, por tanto, el crecimiento del país”, dijo el gobernador del Banco de México.
Sobre los escenarios que pueden llevar a un aumento de la previsión de crecimiento, señaló “un mayor dinamismo del observado del consumo privado en los próximos meses y que la implementación de las reformas estructurales tenga efectos todavía más favorables y en un menor plazo de lo que el mercado anticipa”.
En cuanto a las previsión de inflación, dijo que en promedio estará por debajo del 3 % durante este año, si bien hacia el final de 2016 puede estar por arriba de ese nivel, algo que estimó puede ser “transitorio”.
[ad_2]
fuente