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El Gobierno argentino anunció que envió al Congreso un proyecto de ley para modificar las escalas y la base imponible de los impuestos que gravan el salario de los trabajadores, muy protestados por los sindicatos y uno de los temas estrellas de la campaña que llevó a Mauricio Macri al poder en 2015.
“Hoy se va a enviar el proyecto y cuando lo enviemos comunicaremos todos los detalles”, anticipó el jefe de Gabinete argentino, Marcos Peña, en rueda de prensa tras una reunión con el equipo de Gobierno.
Junto a él, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, especificó que el texto se hará público esta tarde y que se discutirá en las sesiones legislativas extraordinarias de antes de fin de año, ya que los cambios regirían desde enero.
“Vamos a dar debate con la idea de mejorar y hacer más progresivo el impuesto, elevar el mínimo no imponible y también con mucha seriedad (vamos a) contemplar las restricciones fiscales que tiene el país”, matizó Frigerio.
El anuncio gubernamental sobre el denominado “impuesto a las ganancias” -que despierta mucho rechazo en Argentina pese a afectar a menos del 10 % de los trabajadores- se produce después de que ayer el peronista Sergio Massa, líder del Frente Renovador, se adelantó presentando una iniciativa propia para reformarlo.
“El Estado puede afrontar un cambio gradual en ganancias, pero no el que está proponiendo la oposición”, había manifestado minutos antes de la rueda de prensa de Peña y Frigerio el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, en un acto con industriales.
“Es muy importante que esta discusión se dé en el marco de la mayor responsabilidad”, instó el jefe de ministros, ya que buscar “soluciones de un minuto para el otro”, según él, o “golpes de efecto” a las puertas de un nuevo año electoral no es positivo.
“No vemos razones por las cuales no se pueden buscar también consensos en este tema”, afirmó.
La eliminación de este impuesto había sido una de las promesas estrella de la campaña electoral presidencial de 2015 pero, tras asumir Macri, el Gobierno realizó una reforma mucho más modesta de lo esperado debido al delicado estado de las cuentas públicas y a la eliminación de otros gravámenes, a actividades como la minería o las exportaciones agrarias.
Con ello, desde principio de año el sueldo mínimo exento del impuesto pasó de 21.000 pesos (1.350 dólares) a 30.000 (unos 1.900 dólares) para los trabajadores con hijos.
Peña insistió hoy en la necesidad de acometer las reformas con “prudencia” y llamó a los críticos a dar propuestas en vez de “jugar con la esperanza” de los argentinos, en respuesta a unas polémicas declaraciones del exministro Roberto Lavagna (2002-2005), quien recientemente aseguró que este modelo económico llevará al “colapso”.
“Lo que se ha impedido es una gran crisis económica (…). No nos entregaron un país en grandes condiciones”, recalcó Peña.
Los ministros también contestaron a las críticas sobre el aumento del endeudamiento del Estado al apuntar que los 47.000 millones de dólares nuevos que se tomaron este año fueron para pagar pasivos heredados, que se colocaron a tasas de interés más bajas y que el objetivo es financiar el déficit fiscal sin hacer un ajuste.
En la conferencia también se tocó otro tema de actualidad económica, una ley de emergencia social impulsada por la oposición y rechazada por el Gobierno que está en trámite en el Congreso, donde ninguna fuerza tiene la mayoría.
“Somos los primeros en coincidir en la situación de emergencia social”, con cifras oficiales del 32 % de pobreza, pero el problema “no se soluciona con un acto de voluntad”, alegó Peña.
“No creemos que sea viable crear un millón de puestos de trabajo por ley”, recalcó el jefe de Gabinete, que espera encontrar una solución “a través del diálogo”.
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