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Infolatam
Madrid, 20 de noviembre de 2016
- Macri espera la plena reactivación de la economía en 2017, año en el que hay elecciones legislativas en Argentina
(Infolatam, por Rogelio Núñez)-. El futuro y la estabilidad del gobierno de Mauricio Macri pasan, en una buena parte, por alcanzar una pronta reactivación de la economía argentina. Es básico para seguir contando con el apoyo ciudadano, para evitar movilizaciones sindicales y a fin de ganar las elecciones legislativas de octubre de 2017. De perder esos comicios el gobierno se quedaría sin base parlamentaria para impulsar las reformas y herido y debilitado políticamente.
Macri ha basado su proyecto en una promesa de pronta reactivación (a mediados de 2016) tras un inicio de reformas y ajustes (en 2015). Esos ajustes progresivos y gradualistas estaban destinados entre otras cosas a combatir la inflación y se iniciaron nada más tomar posesión en diciembre de 2015 pero la reactivación se ha demorado más allá de los pequeños brotes verdes que se avizoran. El propio presidente, a mediados este año, señalaba que “la primera etapa, para que vuelva a haber inversión que nos lleve al trabajo es salir de la inflación, y eso lo vamos a lograr en el segundo semestre como lo prometí”.
Sin embargo, cuando el año 2016 toca a su fin la ansiada reactivación parece no llegar del todo, lo cual inquieta al gobierno porque ya se empiezan a escuchar anuncios preocupantes para 2017. Uno de los tres secretarios generales de la CGT, Juan Carlos Schmid , ha dicho claramente que la central gremial continuará “teniendo paciencia hasta que el Gobierno encuentre la forma de llegar a la reactivación económica el año próximo” pero advirtió que si esto no ocurre “inevitablemente habrá una confrontación”.
Por eso, ahora las esperanzas del gobierno están puestas en el año entrante como se ha encargado de subrayar Macri: “Prometí destrabar la economía, lo hicimos en el primer semestre y en el segundo una baja de la inflación apuntando a que en 2017 volvamos a crecer. Después de cinco años volver a crecer es fundamental”.
La reactivación es importante por dos razones fundamentales que inciden todas en la gobernabilidad del país:
1-. Es importante desde un punto de vista político
Mauricio Macri ha demostrado en estos primeros meses de gobierno una virtud política que algunos desconocían: posee una cintura política que le ha permitido pactar con sus teóricos enemigos (el peronismo y el gremialismo) y mantener sólida la heterogénea alianza en la que sustenta su gobierno.
En 2017 el escenario cambia porque hay elecciones de medio término en Argentina donde el gobierno de Macri y la coalición en la que se sostiene, Cambiemos, se juego mucho. Si el país llega en una buena coyuntura económica la victoria en esas elecciones será más fácil frente a lo que se supone será una oposición dividida entre kirchneristas, massistas y peronistas.
El analista Alejandro Catterberg apunta que “el próximo año es un año de desafíos. Es un año electoral. Argentina tiene elecciones de mitad de término, donde se renueva la mitad de la cámara de diputados y un tercio del senado. Las primarias abiertas y obligatorias, que son casi un simulacro de la elección son la primera semana de agosto y las elecciones generales son la tercera semana de octubre. Va a ser un año muy políticamente cargado, porque no sólo va a estar en juego si Macri consigue repetir el apoyo importante de la sociedad, sino también si la ex presidenta Cristina Kirchner se presenta. También va a estar en juego el principal opositor del país que es Sergio Massa y hay que ver si se presenta y cómo le va. Entonces va a ser un año en el que por el sistema argentino que hace que haya elecciones tan seguidamente, la política electoral va a involucrarse e influir sobre la gestión y la macroeconomía”.
Perder abocaría al gobierno a afrontar su último bienio 2017-2019 desde la debilidad política. Quedaría herido políticamente y debilitado ya que precisaría aún más del respaldo de los sectores opositores dialogantes: Sergio Massa y el peronismo, que estarían pensando más en una estrategia para ganar las presidenciales de 2019 que en dar viabilidad al proyecto macrista en toda su extensión.
El expresidente Eduardo Duhalde ya ha advertido de que “si Macri no gana las elecciones legislativas del año que viene Argentina puede entrar en un momento muy difícil. Si Macri pierde las legislativas puede volver un 2001, puede volver el ‘que se vayan todos’. La gente no quiere a los que se fueron, pero tampoco quiere a los que están. Si Macri pierde las elecciones se cortan todas las posibilidades de inversión y todo será incertidumbre”.
Macri es consciente de lo mucho que se juega y como el ámbito económico esconde la clave de cómo irían los comicios. El presidente ha apostado por reforzar la coalición creando la Mesa de Cambiemos, se está implicando personalmente en la ya iniciada precampañas sin olvidar que el secreto del triunfo está en otra parte: “No hagan tanta teoría ni piensen muchas estrategias, las elecciones del año que viene dependen de la economía”.
Por ahora solo existen brotes verdes (aumentos en las ventas de cemento y de asfalto, subida de los permisos de construcción en la Ciudad y de pedidos de acero, todo vinculado a la construcción y la obra pública). Los analistas coinciden en que finalmente la economía se recuperará en torno a los primeros meses de 2017 con un crecimiento de entre el 3% y el 5% en un contexto de baja inflacionaria, .
“Si Macri consigue un apoyo importante en la elección le va a dar un espaldarazo y un impulso importante. En cambio si sufre una derrota o saca menos votos de los que sacó el año pasado, será visto con preocupación por muchos sectores y se le va a dificultar sacar adelante negociaciones políticas con el peronismo y el sindicalismo. También puede generar cierta desconfianza en inversionistas del exterior e internos. Pero lo que ya podemos anticipar con muy alta probabilidad es que la composición del congreso no va a variar. El senado va a seguir en control del peronismo, la cámara de diputados va a seguir muy fragmentada, la necesidad de acuerdos políticos va a seguir tal cual como ahora, o sea que va a haber una importante lectura simbólica de la elección, pero en lo formal eso no va a cambiar”, apunta Catterberg.
2-. Es clave para la credibilidad del modelo económico macrista
El Presidente ha impulsado una política fiscal expansiva impulsada por el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay quien ha tenido el respaldo del jefe de Gabinete Marcos Peña. Ahora se le suma una estrategia también expansiva en el ámbito monetario donde hasta ahora fue contractiva con el fin de combatir la elevada inflación.
La batalla contra la inflación no está ganada del todo (el propio gobierno calcula una inflación del 35% en 2016) y aún queda un largo trecho (en 2017 sería del 22-24%). Sin embargo, ahora parece que es la reactivación la carta prioritaria.
El Banco Central va a continuar bajando la tasa de interés hasta fin de año, con la intención de empujar el arranque de la economía argentina.
El presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, ha sido adalid de esta estrategia contractiva pero finalmente, tras una dura pugna al interior del gobierno, ha acabado cediendo a las fuertes presiones de la Casa Rosada.
“Por eso hace 14 días Sturzenegger pactó lo siguiente: una rebaja semanal de medio punto en la tasa de Lebac, que el BCRA cumplió a rajatabla los dos últimos martes. Este acuerdo hizo que el propio Sturzenegger sorprenda bajando fuerte la tasa, cuando el triunfo de Donald Trump y el nuevo contexto internacional aconsejaba para los – temerosos– banqueros prudencia”, apunta el analista Marcelo Bonelli en Clarín.
El Banco Central ha llevado a cabo dos recortes a la tasa de política monetaria en 50 puntos básicos, al ubicarla en 25,75% a 35 días y va a continuar con un recorte más gradual hasta fin de año: a un promedio de cuarto de punto semanal. Así, la banda de rebaja del costo del dinero hasta fin de diciembre.
El ente monetario fundamentó su resolución en que “las expectativas de inflación para el año próximo bajaron levemente” y a que ha observado “una reducción mayor en las expectativas a 12 meses, debido, en parte, a que quedó atrás el incremento transitorio de la inflación de octubre asociado al precio del gas”.
“Hasta ahora existe una gran incongruencia entre dos políticas clave: la fiscal expansiva y la monetaria contractiva. Conclusión: ambas estrategias se neutralizan y explican por qué continúa la incertidumbre económica en la Argentina. Se trata de una contradicción elemental y genera dudas en inversores internacionales”, apunta Bonelli.
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