El libro negro del chavismo

Así como se escribió el Libro Negro de la dictadura perezjimenista, también habrá que escribir el  Libro Negro del chavismo. Leonardo Ruiz Pineda, héroe civil de la Resistencia  contra el régimen del  sátrapa andino, dijo en el prólogo del Libro Negro que éste era el testimonio “de la batalla entre la Nación que reclama libertades y la camarilla que usurpó su soberanía”. Ahora, sería deseable que un editor de la talla y valía de José Agustín Catalá coordine la recolección de datos e informaciones para el expediente, con todos los crímenes y robos, sobre este otro trecho oscuro de la historia del país que comenzó en 1999. Ojalá la MUD disponga y tramite el cumplimiento de esa tarea.

Nadie duda que actualmente se ha tapiado la expresión de la voluntad popular que clama por el cambio de los que detentan el poder. El domingo pasado, Maduro soltó esta frase: “Cojan mínimo les digo a aquellos sectores que quieren seguir insistiendo en procesos electorales imposibles para Venezuela”. Colocó así una losa a la propuesta de referendo revocatorio (previsto en el artículo 72 de la Constitución Nacional) o elecciones generales anticipadas (estas últimas mediante una enmienda constitucional que recorte la duración del mandato presidencial y de los que ocupan cargos de origen electivo) como vía para salir de la crisis. Se enterró así, mientras el régimen se sostenga, la posibilidad de que fuese la soberanía popular la que arbitrara la confrontación que vivimos.

No satisfecho con esa felonía, Maduro extendió por quinta vez, y sin someterlo a la aprobación de la Asamblea Nacional, el decreto de “estado de excepción y emergencia económica”, vigente desde el 14 de enero de este año, violentando con inigualable descaro, gracias al celestinismo del TSJ, los artículos 338 y 339 de nuestra Carta Magna. Y eso lo hizo al día siguiente de la reunión de llamada Mesa de Diálogo. Bajo el paraguas de ese Decreto y sobre los escombros de una política económica fracasada, la corrupción se eleva a cotas apoteósicas, en tanto se desvanecen las promesas de libertad de los presos políticos.

Los venezolanos nos estamos preguntando qué va a pasar en  los días que vienen. La MUD, por boca de Jesús Chúo Torrealba, su Secretario General, manifestó hace tres días que “solo con calle activada habrá cambios positivos en nuestro país”, y, agrego yo, retomando en la Asamblea Nacional las decisiones, temporalmente suspendidas, relacionadas al ejercicio presidencial del actual ocupante del Palacio de Miraflores. La MUD sabe que vivimos tiempos de ignominia y que por encima de las palabras y ofertas que se hacen, hay que manejar con cautela los encuentros con quienes buscan ganar tiempo para escapar de la tormenta, sin realmente creer en las bondades del diálogo democrático.

Será voluminoso  y sombrío el Libro Negro del chavismo.