General Padrino, hay tiempo para reflexionar y corregir el rumbo de Venezuela

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Señor general:

La posición arbitraria que ha venido sosteniendo Nicolás Maduro, intentando recuperar la indetenible caída de su popularidad, no sólo es inconstitucional sino que compromete aún más el destino de Venezuela. No es posible que un presidente de la República, que moralmente debería representar a todos los venezolanos, se atreva  a decir en cadena nacional que los distintos sectores de la oposición “no entrarán más nunca a Miraflores ni con balas  ni con votos”, sosteniendo, además, que “la oposición debe entender que la revolución es irreversible y tienen que acostumbrarse a dejarse gobernar”, sin entender que esas declaraciones son  inaceptables tanto para los venezolanos, como para el representante del Vaticano en la Mesa de Diálogo, monseñor Claudio María Celli, quien ha pedido se  trate de evitar las declaraciones altisonantes para no comprometer el avance de las negociaciones.  La única explicación que encuentro a tan inconvenientes señalamientos es el interés que tiene Nicolás Maduro y el ala radical del chavismo en impedir la realización del Referendo Revocatorio durante este año y mucho menos aceptar una elección general en un tiempo prudencial.

Esas inaceptables frases, que en el fondo representan la tendencia totalitaria del chavismo, violan flagrantemente los principios fundamentales establecidos en la Constitución Nacional de 1999, señalados principalmente en los artículos 2 y 6. Esos dos artículos claramente establecen que: “Venezuela se constituye en  un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, que propugna  como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad, social y en general la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político”; “El gobierno de la República de Venezuela  y de las entidades políticas que la componen es y será siempre democrático, participativo, electivo, descentralizado, alternativo, responsable, pluralista y de mandatos revocables”. General Padrino, permítame hacerle una pregunta: ¿Usted no cree que los efectivos en actividad  de la  Fuerza Armada Nacional no pueden aceptar que se viole de esa manera nuestra Carta Magna sin que sus propias conciencias se lo recriminen, conociendo además que esas provocaciones comprometen la paz de la República y el destino de Venezuela?  Reflexione. Es momento para hacerlo…

Esa política de radicalización busca, inútilmente, provocar a la oposición, para que se retire de la Mesa de Diálogo y ganar el mayor tiempo posible, imaginándose ilusamente que se puede superar la inmensa crisis venezolana al ocurrir, como es probable, un pequeño incremento de los precios petroleros e impulsar el absurdo plan de recuperación económica que, desde enero de este año han venido aplicando, con la simplona idea de los trece motores productivos, sin alcanzar ningún éxito. En realidad, el inmenso fracaso tenía que ocurrir, ya que, en medio de la ceguera ideológica del chavismo, se confundió el verdadero objetivo de ese Plan, el cual supuestamente buscaba resolver la tragedia venezolana, con otro diferente: implantar en Venezuela una economía estatista, que elimine la propiedad privada de los medios de producción y reprima totalmente los valores que sustentan la sociedad de mercado. Desesperado ante ese fracaso, Nicolás Maduro convocó a una reunión de los dirigentes obreros del PSUV, con la inconstitucional presencia de numerosos efectivos de la Milicia y algunos miembros  de la  Fuerza Armada Nacional,  para crear “los Consejos Productivos de Trabajadores” que tendrán por misión: controlar la producción de las distintas empresas por encima de lo que establezcan sus dueños. Le auguro un nuevo fracaso.

En lugar de seguir perdiendo el tiempo sin poder solucionar la inmensa crisis nacional, hay que concluir, con sentido crítico y patriótico, que es imposible superar sus causas sin que haya un cambio de régimen político y el reemplazo, a través de elecciones, del presidente Maduro y su gobierno. La mayoría de los venezolanos creen, y han creído siempre, que el camino es el Referendo Revocatorio este año. Lamentablemente, la absurda ambición del presidente Maduro lo impidió. Fueron muchas las triquiñuelas que se atrevieron a utilizar para comprometer el derecho de nuestro pueblo a revocar al presidente de la República ejerciendo su voto, como lo establece la Constitución Nacional en su artículo 72. Ahora ha surgido una nueva tesis, creo que propuesta por el propio Maduro, de realizar unas elecciones generales anticipadas para que los venezolanos decidan el cambio histórico que consideren conveniente para Venezuela. Esa posición podría ser aceptable, pero es necesario conocer que se requiere realizar, con anterioridad y rapidez, una enmienda constitucional. Lo más difícil de esa solución es lograr que las dos partes se puedan poner de acuerdo en una fecha determinada. En la escogencia de esa fecha no deben influir los intereses políticos, sino el convencimiento de que el tiempo es fundamental  para poder enfrentar  la crisis humanitaria que vive nuestro pueblo, la cual se nos presenta de manera impactante y dolorosa al ver diariamente a numerosos compatriotas registrando las bolsas de basura para poder comer.

Usted, general Padrino, y los miembros activos de la Fuerza Armada Nacional tienen la obligación con Venezuela de transformarse en un factor que facilite alcanzar una solución, siempre dentro del marco constitucional, a la terrible tragedia que enfrenta nuestro pueblo. Ojalá tuviera usted y el Alto Mando Militar la personalidad y la firmeza de carácter necesarios para sugerirle al presidente Maduro, con suficiente fuerza, que cese en su empeño de coartar la voluntad popular, violando flagrante y permanentemente la Constitución Nacional que usted dice defender tan fervorosamente y acepte medirse en un referendo revocatorio o en su defecto en unas elecciones generales en los primeros meses del año 2017. Le hago esta recomendación por estar convencido de que si ustedes no actúan como corresponde, Venezuela y la Fuerza Armada Nacional tendrán que enfrentar un proceso de violencia que dificultará aún más la solución de la grave crisis política, económica y social que estamos enfrentando. Si ustedes no cumplen sus obligaciones militares, tengo la intuición que podría ocurrir una ruptura de la unidad interna de nuestra Institución comprometiendo aún más el destino de Venezuela.

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