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Mujeres, deberíamos TODAS evitarlo. Y A TODA COSTA…
El día que Amy Winehouse falleció el mundo perdió a una mujer infinitamente talentosa; con una de las voces más increíbles de los últimos tiempos. Desgraciadamente, la perdimos no solamente por sus desenfrenadas adicciones sino… por amar. Amar en exceso.
El síndrome que sufren casi todas las mujeres, por no decir todas, cuando se ciegan con un hombre. Una adicción mucho más fuerte que las drogas o el alcohol.
Amy era tímida, insegura pero entregada por completo al amor que sentía por Blake Fiedler-Civil.
Su partida tan repentina nos dejó las letras más sensibles y tristes de toda una época, pero también una serie de preguntas que a cualquier mujer le dejan el alma en vilo, pues el síndrome de Amy Winehouse nos enfermó o nos sigue ‘atacando’ a todas de algún modo u otro.
La cantante se enamoró del amor… Lo que no es igual que amar a una pareja.
Ser adicta a los abrazos, sentir la necesidad de sentir besos y depender de alguien en quien confió ciegamente es enfermizo… y definitivamente cambió a Amy.
La atención de los medios, su familia y seguidores nunca fue suficiente para ella; mientras su nombre era aclamado por todas partes, su mente nunca dejó de pensar en el amor que le habían arrebatado cuando Blake Fielder fue encarcelado.
El miedo, la ansiedad y desesperación de la artista no fue una casualidad.
Estas sensaciones, que nos invaden en algún momento, son el resultado de un gran cúmulo de problemas que nunca quisimos enfrentar, pero que tampoco hemos podido dejar ir.
El síndrome de Amy Winehouse es un grito desesperado que surge desde el gran vacío que poco a poco ha crecido dentro de nosotros.
Temerle a los triunfos, aferrarse al pasado, regresar con alguien que solo sabe lastimar; rodearnos de personas tóxicas, negarnos a crecer, evitar la realidad, no saber expresarnos, depender de otro, no confiar en nuestra capacidad, no sentirnos merecedoras de amor y empeñarnos en hacer que funcione una relación que nos vacía más, son algunas de las situaciones que este síndrome nos lleva a padecer.
Por “amar” y depender de alguien tanto Amy Winehouse se perdió.
Que la cantante sea un ejemplo para todas las mujeres que estén pasando por algo similar.
Vamos a darnos cuenta que enamorarse de un concepto “perfecto” de alguien, nos mata de a poco.
Deberíamos aprender a amarnos y valorarnos más para poder entregar esos hermosos sentimientos a alguien que de verdad lo valga.
Ya sabes: Ámate.
Vía: Upsocl
Kgonzalez.notiminuto@gmail.com
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