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Poco más de una hora después de abrir los colegios electorales en la costa este de Estados Unidos han comenzado a formarse filas de personas para votar, lo que augura una alta participación en unos comicios marcados por la impopularidad de los dos principales candidatos.
Medios locales informan de largas filas en Raleigh (Carolina del Norte), el lugar elegido por la candidata demócrata Hillary Clinton para cerrar ayer su campaña y un centro urbano clave para hacerse con un estado péndulo que podría garantizarle la victoria.
El candidato demócrata a vicepresidente, Tim Kaine, votó a primera hora de la mañana hoy en Richmond (Virginia) y aseguró en entrevista con la CNN que ya a esa hora temprana había personas esperando en filas para ejercer su derecho.
Durante la apertura de los colegios para depositar el voto por anticipado en persona en las últimas semanas se han registrado largas esperas en algunos colegios, especialmente en estados bisagra como Nevada, donde los hispanos han acudido en masa a ejercer su derecho al voto.
En el estado de Pensilvania, uno de los que el candidato republicano Donald Trump espera poder arrebatar a los demócratas el Departamento de Estado (encargado de los procesos electorales) ha repartido avisos recordando que aquellos que interfieran con el derecho al voto en los colegios pueden ser condenados a hasta 8 años de cárcel.
En sus mítines en Pensilvania, Trump conminó a sus seguidores a vigilar qué tipo de personas acudían a depositar su papeleta y evitar fraude, un problema sobredimensionado por algunos republicanos.
La petición de Trump ha sido vista como un intento de disuadir del voto a minorías.
Se espera que las filas de votantes se repitan en los estados del centro y oeste del país que por franja horaria abren más temprano.
Muchos estadounidenses eligen la primera hora de la mañana o después de finalizar la jornada laboral para votar, ya que en Estados Unidos este día no es festivo, algo que, según algunos legisladores, afecta a la participación de minorías o grupos de población más desfavorecidos.
EFE