Chavismo irreductible, chavismo ligth, chavismo militarista

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Es evidente que estamos proponiendo la existencia de movimientos políticos y, quizás, ideológicos, cuales, suponemos, estarían adscritos al «pensamiento chavista», también, quizás, suscribiendo la praxis política del líder de la Revolución Bolivariana y revolución nacionalista, Hugo Rafael Chávez Frías. Por otra parte, en nuestro modesto criterio, la existencia del denominado como «Gran Polo Patriótico» está «en veremos» aún más, nos consideramos que es un sub-conjunto político más cercano a una política pragmática que ideológica, en líneas generales, of course; ello podría significar que las relaciones entre el PSUV con el componente denominado popularmente «el Polo» son relaciones que dejan mucho que desear; mientras que las relaciones de «el Polo» con el gobierno que preside Nicolás Maduro Moro son, evidentemente, inexistente, es decir, no van más allá de las lógicas y esporádicas declaraciones de amor, solidaridad y adhesiones, claro, en el marco de lo que hemos denominado como revolución.

Lo anterior pudiera sonar muy duro pero solo con leer las declaraciones públicas de la dirigencia política de izquierdas abstraemos conclusiones dolorosas, duras y realistas.

Pero lo anterior nos lleva obligatoriamente también a considerar que las relaciones de esa realidad en propuesta más arriba expuesta sobre el chavismo y sus tendencias, nos llevan a considerar que sí existe «el madurismo» entonces tendríamos que adicionar a las propuestas en mención la existencia de un «chavismo madurista» lo cual no es descartable. Ello significaría que a lo interno del PSUV tendríamos que definir las tendencias chavistas para poder alcanzar el análisis de las relaciones de ese PSUV con el Gobierno Bolivariano y nacionalista. Es decir, que los irredentos que han venido declarando, públicamente, serían, en nuestro entender, la vocería de unos sectores chavistas que se consideran muy preocupados sobre el actual proceso revolucionario caminando hacia una sutil oposición interna en el propio seno de la revolución que podría traer, obligatoriamente, la necesidad de llamar a un congreso ideológico de cuadros fundamentales para definir, con precisión revolucionaria, en cuál instancia de la revolución nos encontramos, cuáles serías las normas a aprobar para ejercer al mediano plazo en considerando los resultados de las actuales realidades políticas en curso incluido el supuesto diálogo cual está permanentemente amenazado por las derechas más radicales, y, en última instancia, definir definitivamente cómo será nuestra revolución nacional auténtica, es decir, «revolución a la venezolana», en considerando que las bases ideológicas fundamentales de la revolución seguirán siendo el «pensamiento bolivariano» de corte nacionalista con una importante pertenencia de «lo militar» como base global social-venezolano-histórica.

Es decir, sería por demás importante precisar de una vez y por todas que la Revolución Bolivariana está sustentada en el «pensamiento global bolivariano», que es una revolución, fundamentalmente, de carácter nacionalista, que es un proceso social de fundamento cívico-militar, que es una revolución histórico-independentista como es, al tiempo, una revolución histórico-Generación-del-28, y se sustenta en los paradigmas contenidos en «lo anfictiónico» como expresión internacionalista-americana. Es decir, deberíamos regresar a las raíces fundamentales e históricas para imponer una sola línea revolucionaria.

El título en propuesta nos indica sobre la existencia de diferentes sub-conjuntos cuales podríamos definir como seudo-ideológicos con base fundamental en el «pensamiento y praxis chavista».

En recientes exposiciones realizadas en el Centro Nacional de Historia, los presentes han venido exponiendo en sus intervenciones en preguntas a los expositores, quizás sin proponérselo, expresiones referentes a lo que podríamos calificar como las líneas políticas que describen los sub-conjuntos en propuestas más arriba, lo cual es interesante para quienes, con perseverancia, hemos venido asistiendo a las exposiciones allí realizadas en el marco del seminario diseñado los días jueves semanales bajo el título como recordatorio académico-ideológico que desarrollara Federico Brito Figueroa.

Por ejemplo, uno de los expositores llamó al ejemplo de una anécdota de Chávez Frías sobre las necesidades de expandir lo que podríamos denominar como «células chavistas» quienes se auto-calificaron como «irreductibles». Cuando después de meses de trabajo de base seguían siendo los mismo 20 cuadros de sus inicios sin crecimiento alguno lo cual reiteró la crítica constructiva de Chávez a ese componente revolucionario.

Frente a esa objetiva realidad cual, en nuestros entenderes, se vienen expresando en contrario en el seno de los cuadros conformados por mujeres revolucionarias se observa un sostenido crecimiento quizás no tanto en el número de miembros de un solo sub-conjunto determinado sino en la horizontalidad de sub-conjuntos de componentes femeninos en función de sus específicas realidades locales con lo cual esos cuadros de mujeres revolucionarias no solo se han educado en «lo ideológico-revolucionario-chavista» sino en la militancia de calle como lo demuestran las expresiones de calle en defensa de la revolución.

Con relación a lo que hemos denominado como «chavismo light» es aquel sub-conjunto que se adscribe «al votante consecuente con Chávez» pero que no va más allá de la marcha y el ir a votar. Ello no significa que no sea importante y fundamental para el proceso revolucionario sino que podría ser susceptible de ser inducido a la «crítica dura pero objetiva» en los diferentes estadios del propio proceso revolucionario. Es probable que este sub-conjunto chavista se le pudiera ubicar en el centro-social del proceso revolucionario que toma conciencia de su afectación socio-económica más que ideológica.

Por último, nos encontramos de frente con lo que hemos denominado como «chavismo militarista». Es probable que de los tres sub-conjuntos propuestos sea el sub-conjunto con mayor adhesión a la «unión cívico-militar» cuando consideran sobre la necesidad que tiene obligatoriamente cualquier proceso revolucionario de militarizarse aún aquel proceso histórico del capitalismo como nos enseña la Historia. Es en este marco referente que el nacionalismo está más arraigado, es el sub-conjunto con mayor militancia ideológica e incluso y probablemente sea el sub-conjunto donde se adscriban miembros políticos del «Gran Polo Patriótico» e independientes revolucionarios de izquierda.

¿Pudiera existir un conflicto ideológico intra-sub-conjuntos referidos?

En cualquier estudio sobre procesos revolucionarios podemos abstraer realidades objetivas por históricas sobre las propias contradicciones que se expresan en el seno de las dirigencias revolucionarias con sus seguidores lo cual, en nuestros entenderes, es lo normal aunque no sería lo lógico pero no olvidemos que la Política la realizan «seres sociales». Es frente a esa realidad que el líder y su liderazgo se logran imponer para poder, inteligentemente, equilibrar las tendencias en el seno de toda revolución. Lo podemos conocer con las lecturas sobre la Revolución Bolchevique cuando se confrontaron Joséph Stalin con un grupo de revolucionarios bolcheviques. También lo podemos aprender cuando se estudia la Revolución China, prácticamente, desde su propia fundación en la «Concesión Francesa» en aquel mes de julio de 1921. Cuando nos acercamos a las tendencias pre-revolucionarias en Alemania, España, Francia. Es decir, para nada es extraño que se expresen movimientos políticos con visiones diferentes durante todo proceso revolucionario y es por ello que insistimos en la necesidad del liderazgo y el liderazgo colectivo para así poder «equilibrar las cargas».

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