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(Caracas, Venezuela) – Ahorrar en Venezuela, otrora una de las más fuertes y envidiadas economías de Latinoamérica, es hoy un privilegio de pocos. Muy lejos de la igualdad social que pregonaba el fallecido expresidente Hugo Chávez, en la Venezuela “socialista” solo vale la pena ahorrar para quien tiene sus ingresos expresados en dólares estadounidenses u otras divisas que posean otra de las vitales características que el bolívar perdió en la era chavista: convertibilidad.
Para la Real Academia Española (RAE), ahorrar es “reservar una parte de los ingresos ordinarios”; Benjamín Franklin, uno de los padres fundadores de Estados Unidos, dijo en su momento que “el camino hacia la riqueza depende fundamentalmente de dos palabras: trabajo y ahorro”. Muchos venezolanos, por su parte, amargamente se preguntan “quién puede ahorrar en este país”.
Y es que la nación de Simón Bolívar cerrará 2016 con una inflación de 475,8%, de acuerdo a estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), ostentando además el poco honroso lugar del país con la inflación más alta del mundo por tercer año consecutivo, a pesar de poseer las reservas probadas de petróleo más grandes del planeta.
DÓLARES Y BIENES, LOS “REFUGIOS” DE LOS INGRESOS
El economista Luis Oliveros dijo en entrevista con Sumarium que, en condiciones normales, una persona no debería dedicar más de 30% de sus ingresos para pagar deudas, influyendo en qué etapa de su vida se encuentre. Sin embargo, “en un país como Venezuela esos porcentajes no tienen sentido”, dada su particular situación socio-económica, apuntó.
En tal sentido, el también economista y analista petrolero José Toro Hardy, miembro principal del Directorio de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) durante los años previos a la llegada del chavismo al poder, dijo a Sumarium sus recomendaciones para los venezolanos que buscan -y puedan- resguardar su dinero: invertir en su propia formación, “porque esa sí va a subir de valor”, además de comprar una vivienda.
“La propiedad inmobiliaria siempre surfea por encima de la inflación”, indicó.
Sin embargo, al igual que Oliveros, Toro Hardy no confía en guardar bolívares: “Yo no se lo recomendaría”, a menos que en Venezuela “hubiese un cambio de modelo” político y socio-económico, destacó.
Oliveros, además, fue enfático en que la divisa estadounidense “es un refugio, una tranquilidad para las personas” que buscan ahorrar o resguardar su patrimonio del manejo del bolívar.
“La gente no solamente ahorra en dólares buscando ganar dinero, sino para preservar y tener tranquilidad“, esa misma que la moneda administrada por Venezuela no ofrece, puntualizó.